Entonces todos aquellos salieron: Los de Uvila, Los de Chutimal, Zakiya, Xahbaquieh, Chi-Temah, Vahxalahuh, con los de Cabrakán, Chabicak-Chi-Hunahpu, con Los de Maká, Los de Xoyabah, Los de Zakcabaha, Los de Zihaya, Los de Migina, Los de Zelahub, de las llanuras, de los montes; salieron a velar sobre la guerra, a guardar la tierra adonde iban por Quicab, Cavizimah, Consejero, Consejero Lugarteniente, y del Eminente, el Hablador de los Hombres, los cuatro jefes.
A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o de cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto profesional.
Por guardar eternamente un secreto, que yo temblaba de adivinar, buscó la muerte aquella niña a quien lloraré todos los días de mi vejez.
Y si he de enumerarte cada una que, digna de alto honor, de ti provenga, no acabaré; que entre ellas no veo alguna de que guardar silencio me convenga.
Los de las Espinas, aquellos obedientes, como se les llama. No había ni madera ni piedra para guardar a nuestras primeras madres, padres.
Ya vestida y engalanada, pasó a un cuartito contiguo a la alcoba, donde solía
guardar baúles, pero que ahora presentaba aspecto bien distinto del de costumbre.
Emilia Pardo Bazán
Llegado que hubo el médico, y tan pronto como pulsó a la viuda (a quien media hora antes dejó tan contenta y en casi regular estado), dijo que había que acostarla inmediatamente, y que tendría que
guardar cama algún tiempo hasta que cesase la gran conmoción nerviosa que acababa de experimentar...
Pedro Antonio de Alarcón
En efecto, el cajón donde iban a
guardar para siempre al niño de María Vicenta lucía simétricas listas azules sobre fondo blanco, e interiormente un forro chillón de percalina rosa.
Emilia Pardo Bazán
-Y ese cimbel, ¿se puée saber quién es? -Si es que me juras guardar el secreto si el negocio no te conviene, más vivo entoavía. -Yo soy una sepurtura pa guardar toítos los secretos.
Los del Sacrificio. “Vamos a buscar, vamos a ver, adonde guardar nuestros signos: si tenemos esto podremos encender ante. Desde largo tiempo que estamos aquí no hay guardianes para nosotros”.
En este mismo acto, el Presidente electo prestará ante el Presidente del Senado, juramento o promesa de desempeñar fielmente el cargo de Presidente de la República, conservar la independencia de la Nación, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, y de inmediato asumirá sus funciones.
Entonces fueron los arqueros, los honderos, así llamados; no fueron más que los antepasados, los padres, de todos los hombres Queche; estaban en cada colina, solamente para guardar las colinas, solamente para velar sobre las flechas, las hondas, para guardar la guerra, cuando fueron.