Grité más fuerte: «¡Socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!» Mi desesperada llamada quedó sin respuesta. ¿Qué hora era? Saqué mi reloj, pero no tenía cerillas.
A Briareo, a Coto y a Giges, cuando en un principio su padre se irritó con ellos en su corazón, les ató con fuerte cadena receloso de su formidable vigor, así como de su belleza y estatura, y les hizo habitar bajo la espaciosa tierra.
que vaya al Ministerio de Defensa. Allá llegamos todos. Por ahora, ataque La Moneda. Fuerte. Carvajal: -Sí, se está haciendo. Pinochet: -Patricio, aquí te habla Augusto.
Avanzan devorando todo lo que encuentran a su paso: arañas, grillos, alacranes, sapos, víboras y a cuanto ser no puede resistirles. No hay animal, por grande y
fuerte que sea, que no huya de ellas.
Horacio Quiroga
Benincasa se observaba muy de cerca, en los pies, la placa lívida de una mordedura. —¡Pican muy
fuerte, realmente! —dijo sorprendido, levantando la cabeza hacia su padrino.
Horacio Quiroga
Y si yo fuera hombre de extender las manos y bendecir, todas las cosas y el despertar de la vida proseguirían su rutina iluminada, pero impregnadas de mí: ¡Tan
fuerte es la expansión de la mente en un hombre de verdad!
Horacio Quiroga
Afecto a una diosa de más edad y que por tanto no tiene los fogosos sentidos de la juventud, aquellos a quienes inspira no aman más que al sexo masculino naturalmente más fuerte y más inteligente.
No te burles de ver cuánto confío, ni al arte de decir, vana y pomposa, el ardor atribuyas de este brío. ¿Es, por ventura, menos poderosa que el vicio la verdad? ¿O menos fuerte? No la arguyas de flaca y temerosa.
Un grito, un vibrante grito de victoria, que brotó al unísono en todas las bocas de los que tripulaban la Santa Elena, dominó un punto los fragores del mar; el Gaviota desplomábase en aquel instante ensangrentado y maltrecho sobre la roca que acababa de escalar, y después, agotando, sin duda, sus últimos brios, incorporóse trabajosamente, y momentos después sujetaba a la roca el fuerte cabo que había de ser la salvación de todos sus compañeros.
Y cuando disminuye es preciso que antes fuera mayor para poder disminuir más tarde. Efectivamente. Lo mismo que lo más fuerte procede de lo más débil y lo más rápido de lo más lento. Es evidente.
Se fue el pavo, consolado, tranquilo, porque en él había surgido una fuerza admirable, un resorte desconocido, ¡la fe! ¡Y la fe es buena hasta para los pavos, y es más
fuerte que el cuchillo y que el horno!
Emilia Pardo Bazán
Lo que ahora interesa es almorzar, pues yo tengo muchísima hambre.. ¡Y qué
fuerte me ha dejado la pierna ese zorro viejo del doctor!
Pedro Antonio de Alarcón