«
Adular es una acción más directa y más clara que
lisonjear. El que
adula celebra, exagera, encomia, miente a cara descubierta; el que
lisonjea promete, festeja y procura evitar todo lo que desagrade al objeto
lisonjeado. El cortesano que compara a su monarca con Augusto,
adula; el que pondera la felicidad de la nación como obra de su sabiduría,
lisonjea. El hombre astuto emplea la
lisonja con preferencia a la
adulación. Los necios gustan más de la
adulación que de la
lisonja.»
José Joaquín de Mora