(36) Corria voz de que el rey No hallaba paz ni consuelo En lance tal, mas su celo Por la justicia y la ley, A su pesar le arrastraba A no derogarla injusto, Porque atendiendo á su gusto La rectitud olvidaba.
Todo Estado Parte en el Tratado que lance o promueva el lanzamiento de un objeto al espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, y todo Estado Parte en el Tratado, desde cuyo territorio o cuyas instalaciones se lance un objeto, será responsable internacionalmente de los daños causados a otro Estado Parte en el Tratado o a sus personas naturales o jurídicas por dicho objeto o sus partes componentes en la Tierra, en el espacio aéreo o en el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes.
Francamente desesperaría del éxito, si la presencia de muchos que aquí veo, no me recordase que en las otras dignidades establecidas por nuestra constitución encontraré recursos de sabiduría, virtud y celo, con quienes puedo contar en todo lance y dificultad.
-¿Conque es monja? ¡Vaya un lance! Tengo yo una hermana lega en un convento metida para birlarla una herencia, y aunque en mi vida la he visto, sólo por recuerdo de ella lo haré como lo decís.
Mas ¡cuánto fué de los mozos el horror de intenso y grande al dar tras de pocos pasos en un cuarto donde yace Genaro tendido en tierra y el suelo nadando en sangre, y en una alcoba en un lecho de una mujer el cadáver! El cuadro de su ignominia si les achacan el lance, fué la idea que en su mente vino primero a aclararse.
DOÑA ANA Celestina, si tu ciencia a las dos deste conflicto no nos saca, nuestra vida hoy corre grande peligro. CELESTINA El lance es dificultoso.
Ellos, mientras, lanza enristre, Tendidos hácia adelante, A la señal de los jueces Salieron á todo escape. Viniéronse uno para otro Y en el medio al encontrarse Tal nube de polvo alzaron Que oscurecieron el lance.
Glorioso, arrancó un aplauso... Y por Dios que lo merece, Porque es asombroso lance Y sutilísima suerte! Atónito don Favila Quedó, y receloso al verle Venírsele espada en mano, Rabioso como una sierpe.
L PADRE PATA A viejos y viejas oí relatar, allá en los días de mi infancia, como acaecido en Chancay, el mismo gracioso lance á que un ilustre escritor argentino da por teatro la ciudad de Mendoza.
En estas condiciones deseo apelar al sentimiento de amor a nuestro país tan reconocido en los trabajadores de la tierra para que la hagan fructificar y que su conducta de cumplimiento estricto merezca el crédito y con su disciplina sean una garantía de bien y de abundancia. Me dirijo a la juventud para que tenga fe en la vida; para que se lance a las iniciativas creadoras.
Nada los dos del lance han comprendido, nada responderán, pues nada saben: lo que han visto dirán, lo que han oído, mas no habrá a quien agraven el crimen cometido.
Este, por causa de una lluvia torrencial, había pasado la noche en brazos de Luisa Crober, preciosa joven dominicana, á la que bien podía can- társele lo de: Morena del alma mía, morena, por tu querer pasaría yo la mar en barquito de papel. Hablemos del segundo lance.