Nunca vería a su niña; nunca la estrecharía, nunca la tendría sobre las rodillas ni la besaría riendo... Anita Dolores, vengativa y tenaz, la había escondido, la había
hecho desaparecer.
Emilia Pardo Bazán
Extiéndese por una llanura sin límites, y su bullir de gusanera rodea al Gesù, que ha ido insensiblemente transformándose en hombre
hecho y derecho: ya tiene barba ahorquillada y rizoso cabello castaño; ya su rostro ha adquirido la gravedad viril.
Emilia Pardo Bazán
Y oía exclamaciones de furor en la cocina. El jefe reñía colérico al pinche. -A ver qué has
hecho del pavo. So curda. ¡Lo has tomado y lo dejaste escapar!
Emilia Pardo Bazán
Todos los demás tienen la maldita costumbre de procurar entristecerme, de llorar, de quejarse y de hacer otras tonterías que me ponen de mal humor. Sólo V. me ha
hecho reír: y si no fuera por esas lágrimas.... - Qué, ¡señor, si son de alegría!
Pedro Antonio de Alarcón
Era el obispo de Auriabella -que poco después falleció y ya estaba bastante enfermo del corazón- un señor bondadoso, lleno de unción y de dulzura, de esos que todo lo gastan en caridades; un verdadero pastor, humilde con dignidad, y alegre y chancero de puro limpia que tenía la conciencia; pero al venir a Illaos bajo la impresión de un
hecho tan solemne, se encontraba muy conmovido; traía los ojos humedecidos, la respiración cortada y fatigosa, y aún parece que le estoy viendo en el momento en que, al divisar la choza de Juan del Aguardiente, saltó aprisa del caballejo que le habíamos proporcionado, se descubrió y se inclinó hasta el suelo ante los padres del confesor de Jesucristo...
Emilia Pardo Bazán
¡El ser buen médico no releva de tener buen corazón! ¡Dígolo, porque ya ve usted qué cara tan larga y tan triste ha
hecho poner a mis tres Marías!
Pedro Antonio de Alarcón
- No tenéis para qué blandir los puñales.... (continuó el boticario con voz desfallecida.) -He
hecho más que todos vosotros por la independencia de la Patria....
Pedro Antonio de Alarcón
-¡Conque es ley de Dios que yo no pueda mantener a quien quiera! -Lo es, señor Capitán, en el mero
hecho de estar la sociedad dividida en familias...
Pedro Antonio de Alarcón
El bandolerismo ahuyenta de los campos a los labradores, el agente principal de la producción agrícola, en un país que desde hace veinte años más sabe dónde está el fondo de sus cajas. Hace poco daba alguien cuenta de otro hecho curioso que se presenta en Chile.
Con esto pudimos desentendernos de un hecho tan grave y revelador del estado del progreso del país; pero, en verdad, deficiencias y vicios considerables en el censo no se ven y sus cifras continúan manifestando que la población no aumenta por lo menos en el grado que corresponde a un pueblo que prospera.
Sabedor de ello el Marqués de los Tomillares, cuya visita no había faltado ninguna mañana a don Jorge, o, más bien dicho, a sus adorables enfermeras, con quienes se entendía mejor que con su áspero primo, le envió a éste, al amanecer, un magnífico sillón cama, de roble, acero y damasco, que había
hecho construir con la anticipación debida.
Pedro Antonio de Alarcón
Pero yo le contesté que la hija de la condesa de Santurce sólo podía admitir favores (o sea hacerlos ella misma, en el mero
hecho de admitirlos) de su tutor don Jorge de Córdoba, a cuyo cuidado la confió la difunta.
Pedro Antonio de Alarcón