Cabildo Abierto sobre la salud de la Ciudad en derribar el manglar.- En la Ciudad de Santiago de Guayaquil...
-dijo una de las sombras en correctísimo gallego. - Nadie nos ha visto... -observó otra. - ¡
Derribar la puerta! -añadió una tercera. - ¡Y matarlos!
Pedro Antonio de Alarcón
Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución.
¡Recíprocas caricias...! ¡Y en mi desesperación, he querido derribar tu puerta, y arrancarte de los brazos del castellano...! ¡Lo oyes, Lucía...!
La violencia nunca ha hecho más que derribar en vez de levantar; encender las pasiones en vez de calmarlas; acumular odios y ruinas, en vez de hermanar a los combatientes, y ha lanzado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, tras dolorosas pruebas, sobre las ruinas de la discordia.
Considera en cuán vanas cosas y en cuán tontos puntos dijo la Camacha que consistía nuestra restauración; y aquellas que a ti te deben parecer profecías no son sino palabras de consejas o cuentos de viejas, como aquellos del caballo sin cabeza y de la varilla de virtudes, con que se entretienen al fuego las dilatadas noches del invierno; porque, a ser otra cosa, ya estaban cumplidas, si no es que sus palabras se han de tomar en un sentido que he oído decir se llama algórico, el cual sentido no quiere decir lo que la letra suena, sino otra cosa que, aunque diferente, le haga semejanza; y así, decir: Volverán a su forma verdadera cuando vieren con presta diligencia derribar los soberbios levantados...
Lo que deseamos es arrojar del país a los gobernadores v a sus sicarios, y derribar sus fortalezas, si es posible, sin verter sangre.
Y el maestro les contó el episodio de Guillermo Tell, que de un flechazo hubo de
derribar una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo; pero antes de disparar la flecha escondió otra en su pecho, destinada a atravesar el corazón del malvado Gessler.
Hans Christian Andersen
Vive el soldado entre las armas fieras como las cosas graves en su centro en dar asaltos, derribar banderas y en las batallas uno y otro encuentro ganar fuertes, castillos y trincheras, hacer la encamizada y el rencuentro y al fin, cual salamandra, vive en guerra donde aumenta su honra el ocio atierra.
Matar pude, vencedor de vos solo; mas así he vencido a vos y a mí, que es la vitoria mayor. Sólo faltó derribar el brazo ya levantado; más fué perdonar airado, que era, pudiendo, matar.
He aquí que entonces se abrió la puerta de par en par, y un tropel de chiquillos se precipitó en la sala, que no parecía sino que iban a
derribar el árbol; les seguían, más comedidas, las personas mayores.
Hans Christian Andersen
También él fue condenado a
derribar una manzana puesta sobre la cabeza de su hijo, y también él se guardó una flecha para vengarse.
Hans Christian Andersen