El llamado Cavador de Rostros vino a arrancarles los ojos: Murciélago de la Muerte, vino a cortarles la cabeza: Brujo-Pavo vino a comer su carne: Brujo-Búho vino a triturar, a romper sus huesos, sus nervios: fueron triturados, fueron pulverizados, en castigo de sus rostros, porque no habían pensado ante sus Madres, ante sus Padres, los Espíritus del Cielo llamados Maestros Gigantes.
He aquí también a los jefes llamados Gavilán, Opresión; he aquí su poder: el hombre moría en camino de lo que se llama muerte súbita, viniéndole la sangre a la boca; entonces él moría, vomitando la sangre; a cada uno el cargo de romper la garganta, el corazón del hombre, para que muriese en camino, haciéndole llegar de repente a la garganta mientras marchaba; tal era el poder de Gavilán, Opresión.
Aquí a aterrarse la morisma empieza, los nuestros a doblar la acometida; no tiene más aquella en la cabeza que romper filas y emprender la huida.
Critón: Es cierto. Sócrates: ¿Qué hora puede ser? Critón: Acaba de romper el día. Sócrates: Extraño que el alcaide te haya dejado entrar.
Entonces la voz calló y POPOCATEPETL sintió como una alegría enorme y un entusiasmo formidable para hacer lo que se le había sugerido. Y TEZCATLIPOCA sonrió, pues era él quien lo tentaba para romper con las castidades y tener de qué burlarse.
La Nueva Educación, que intentaba romper los esquemas de la escuela tradicional, ya sea atendiendo a la individualidad del niño o a la socialización del mismo, con un rompimiento de horarios, aulas, asignaturas, métodos, arrasó con los puntales de la escuela Alejandrino-Medieval y homuncular del pasado.
Aunque no hubiéramos logrado nada más, ya habría sido bastante el mero hecho de haber permitido a los que nunca antes tuvieron la posibilidad de romper las barreras del silencio que contaran al mundo sus conmovedores relatos de opresión y explotación a manos de otros seres humanos que hacen a otros lo que nunca permitirían que se les hiciera.
Desde hacía tiempo que el agresivo país que representaba, soñaba en quitarle lo pozos del ámbar energetizador que había permitido a los habitantes de nuestro planeta romper los lazos campesinos para saltar a la etapa cumbre de la irradiación cósmico-urbana y embanderar así la independencia ante las amenazantes bombas de los robolandos, pues la protección que brindaba tal cristal, columpiaba las agresiones asesinas y se las retachaba.
Quien extiende cuanto más puede en panes la barra de oro, al paso que la extiende, la adelgaza, y de barra sólida que no se puede romper, la vuelve hoja que aun no se defiende de la respiración del que la mira.
-Mi prometido está dispuesto a
romper el compromiso -añadió la más joven, que tenía por novio a un martinete, una especie de máquina para clavar estacas en el suelo, o sea, que hace en forma tosca lo que la pisona en forma delicada-.
Hans Christian Andersen
Es mi mayor anhelo, el único que tengo; sería una injusticia que no se me permitiese satisfacerlo. Quiero entrar y apoyarme en ella, aunque tenga que
romper la ventana.
Hans Christian Andersen
Es necesario romper, desde abajo y desde arriba, el silencio sobre este documento, para poner en su sitio, desde las diferentes visiones e intereses actuales, el pasado histórico, de manera de encontrar ahí las pistas que necesitamos para enfrentar y resolver nuestros problemas actuales.