Esa es la Gloria, madre, para un hombre que se llamó Fray Luis y era poeta. ¡Oh mi casa sin cítricos, mi casa donde puede mi poesía andar como una reina!
Sabes que la palabra poesía tiene numerosas acepciones; en general, expresa la causa que haga pasar lo que quiera que sea del no ser al ser, de manera que toda obra de arte es una poesía, y todo artista y todo obrero, un poeta.
Y, en efecto, esta sola especie es la que se llama poesía y únicamente a los que la poseen se les da el nombre de poetas. -También es verdad.
San Juan de Luy, 8 de Julio de 1865. ---- Poesía incluida en las páginas 150 y 151 del libro "Poesías", que fuera publicado en el año 1870.
A Juan Guerrero Cónsul general de la Poesía Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera.
-Y, sin embargo, ves que no se les llama poetas, sino que se les da otros nombres, y que una sola especie de poesía tomada separadamente, la música y el arte de los versos, ha recibido el nombre de todo el género.
El señor seminarista Kisserup -aunque el nombre no hace al caso- era primo suyo, y acertó a encontrarse de visita en casa de la familia del jardinero. Escuchó su
poesía y la encontró buena, excelente incluso, según dijo.
Hans Christian Andersen
La Tierra es hermosa, y siempre lleva su ropaje dominguero. Su
poesía hace pensar, y está llena de sentimiento y de geografía. -Tiene usted ingenio, señor Kisserup -respondió la mujer-.
Hans Christian Andersen
Una sola
poesía tiene carácter jocoso; hay en ella algunos pensamientos alegres, de esos que de vez en cuando se le ocurren a uno; pensamientos sobre -no se ría usted- la condición de una poetisa.
Hans Christian Andersen
Y aguzó el oído, prestando toda su atención; pero cuanto más oía de las excelencias y el poder del duendecillo, de su dominio sobre la mujer - y ten en cuenta que al decir duendecillo ella entendía la
Poesía, mientras aquél se atenía al sentido literal del título -, tanto más se sonreía el minúsculo personaje.
Hans Christian Andersen
No sería mucho que hubiese la Historia aprendido esta fábula de la poesía, o que los aduladores de César, que después de su muerte le hicieron dios, afirmando que su alma la vieron arder estrella, le añadiesen por adherentes de divinidad estos prodigios.
Porque si pudieses hablar por el arte, estarías en estado de hacer lo mismo respecto todos los demás poetas. En efecto, la poesía es un solo y mismo arte, que se llama poética; ¿no es así?