¡Ah inmenso palpitante cono de sombra, en cuyo lejano vértice nebuloso resplandece, último lindero, una mujer desnuda en carne viva!...
¿Es este mundo una región de duelo, de desesperación y de amargura? ¡No, no es verdad! -Del nebuloso cielo, del negro septentrión esa herejía vino en traje francés a nuestro suelo. ¡Todos pecamos!
En 1817 vuelve á América, acompaña á San Martín en Chile, y después de Cancha-rayada regresa á Mendoza. En esta época hay un punto nebuloso en la vida de Monteagudo.
Deja a mi corazón, antes opreso por insufribles penas, respirar libre de su enorme peso; deja que mi alma rompa las cadenas con que la ató el dolor, y alzando el vuelo se espacie alegre por tu inmenso cielo; y deja, en fin, que tienda la mirada, tanto tiempo a un mezquino y nebuloso espacio reducida, por la verde campiña dilatada, por tus claros y abiertos horizontes y el rudo aspecto de sus grandes montes.
Cúbrese, luego, con su manto gris y nebuloso, como para concentrarse en sí mismo y meditar tristemente en que algún día debe desaparecer su corpulenta mole al soplo de la ira del Señor.
La Niña de la Lampara Azul : En el pasadizo
nebuloso cual mágico sueño de Estambul, su perfil presenta destelloso la niña de la lámpara azul.
José María Eguren
-Y tú Guarionex, no creas que hago sacrificio alguno; la vida que me salvaste de nada me sirve. -La tuya fue triste, como un día nebuloso; el amor que debía endulzarla, la amargó.
El día, que se mantuvo
nebuloso hasta cosa de las doce, comenzó a ponerse tan malo que, al llegar a los postres de la comida, me asomé a una de las ventanas de la posada en que habíamos hecho alto, y viendo encapotarse el cielo de nubes oscuras y amenazadoras, de las cuales comenzaban a desprenderse algunas gotas de agua, exclamé, dirigiéndome a mi compañero: - ¿Te parece que hagamos noche aquí?
Gustavo Adolfo Bécquer
Sustituyen mal con mal: cambian el intimismo lacrimoso, dejeneración d'Espronceda i Zorrilla, con el individualismo nebuloso, dejeneración de Schiller i Heine.
Por más que levantara la altura de aquella fábrica hasta el cielo contra Dios, aunque sobrepujara todas las montañas y aunque traspasara la región de este aire nebuloso, ¿qué podía, en efecto dañar o impedir a Dios cualquiera alteza, por grande que fuera, espiritual o corporal?
Déjame ver el férvido torrente que socava el peñón y arranca el brezo, donde, para beber de su corriente, con salto audaz el tímido robezo Los cuatro hendidos pies a un tiempo sienta sobre la monda vacilante lastra cuyo contorno el agua pulimenta con las arenas que en su curso arrastra; déjame hollar los picos arrogantes en cuyas cuevas se guarece el oso, velados por las gasas oscilantes de tu pardo celaje nebuloso...
Sustituyen mal con mal: cambian el intimismo lacrimoso, degeneración de Espronceda y Zorrilla, con el individualismo nebuloso, degeneración de Schiller y Heine.