Me di cuenta de esto último a causa de los golpecitos que daba la tapa contra los tabiques de madera del camarote, mientras que Wyatt trataba de depositarla con toda suavidad en la litera, por no haber espacio en el suelo.
¿Me quedaré sin compañía de amigo, de toda escolta de litera (Nota: referido a la litera para transporte existente en época romana), de todo lo que concierne a mis lindes?
Díjose luego que César venía ya en la litera; y en el camino, a vista de Bruto y Casio, Popilio Lena, el que los había saludado como sabidor de la conjuración, hizo parar la litera, y atendiendo cuidadosos los dos, se detuvo hablando con César en secreto grande rato; y no oyendo la plática Casio ni Bruto, sospechando que sería darle noticia de sus intentos, algo se cayeron de ánimo.
“Mas, de cierto que, aun así”, dicen, “lo que allí natural se dice que es, te agenciaste, para la litera unos hombres.” Yo, para ante la chica uno hacerme más afortunado, “No”, digo, “a mí tan malamente me fue que, una provincia porque mala me cayera, no pudiera ocho hombres aparejarme rectos.” Mas yo ninguno tenía ni aquí ni allí que un roto pie de mi viejo diván en el cuello colocarse pudiera.
Corriendo me dirigí a su camarote. Continuaba allí, sentada a un costado de la
litera de su madre. Una expresión extraña aperplejaba su rostro: — Annie —le grité—.
Roberto Arlt
Verdad es que ya he recorrido inútilmente todas las calles de Soria; que he pasado noches y noches al sereno, hecho poste de una esquina; que he gastado más de veinte doblas de oro en hacer charlar a dueñas y escuderos; que he dado agua bendita en San Nicolás a una vieja, arrebujada con tal arte en su manto de anascote, que se me figuró una deidad; y al salir de la Colegiata, una noche de maitines, he seguido como un tonto la
litera del arcediano, creyendo que el extremo de sus holapandas era el del traje de mi desconocida; pero no importa...; yo la he de encontrar, y la gloria de poseerla excederá seguramente al trabajo de buscarla.
Gustavo Adolfo Bécquer
La pobre Cenicienta, que se había pasado la vida sentada en el taburete del rincón, sin conocer más que golpes y palabras duras, recibirá tal vez como viático y distintivo su roto asiento, el cual, en el país de la Eternidad, es muy posible que se transforme en
litera o se eleve a la categoría de un trono, reluciente como el oro, florido como una glorieta.
Hans Christian Andersen
LA LITERA: Albelda, Alcampell, Alfantega, Almunia de San Juan, Altorricon, Azanuy-Alins, Baells, Baldellou, Binaced, Binefar, Camporrells, Castillonroy, Esplus, Monzón, Peralta de Calasanz, San Miguel del Cinca, Pueyo de Santa Cruz, San Estéban de Litera, Tamarite de Litera, Vencillon.
La cortina de la litera se entreabrió, y una mano pálida, estrellada de sortijas, hizo un gesto amistoso a Octavien, como para confirmar las palabras de la sirvienta.
Ya que incidentalmente hemos hablado del rescate de Atahualpa, es oportuno consignar que lo repartido entre los ciento setenta audaces aventureros que apresaron al Inca, subió a treinta y cinco mil cuatrocientos ochenta y seis marcos de plata y novecientas cincuenta y un mil novecientas treinta y dos onzas de oro. Además, la parte del emperador fue la litera de oro macizo sobre la que era conducido Atahualpa.
Y ella repitió: — Te digo que no quiero. Entonces me senté tristemente en la orilla de la
litera y allí me quedé junto a ella hasta que vinieron a retirarnos.
Roberto Arlt
Bárbara me contó que el mismo hombre de rostro cobrizo que había venido a buscarme por la noche, me había traído a la mañana siguiente en una litera cerrada, y se había vuelto a marchar inmediatamente.