Según la Casa de la Cultura de Tlayacapan, fue en 1870 cuando un grupo de jóvenes nativos del lugar, cansados de verse excluidos de las fiestas de Carnaval, organizaron una cuadrilla, se disfrazaron con ropa vieja tapándose la cara con un pañuelo (o pedazo de manta) y empezaron a gritar, a chiflar y a brincar por las calles del pueblo, burlándose de los españoles.
Al que nos ha prometido hacer maravillas y solamente hace necedades, lo perseguimos con carcajadas de risa, pero esto es mas bien chiflar que reir.
En Uruguay se consume habitualmente espolvoreado sobre leche caliente, tomándolo a cucharadas. Hay un dicho popular incorporado por los inmigrantes canarios en Uruguay, que dice: "es más difícil que chiflar y comer gofio".
Más vale atole con risas que chocolate con lágrimas: Es preferible vivir pobre y feliz, que con lujos y desdichado. No se puede chiflar y beber atole: Mejor hacer cosa por cosa bien, que mucho al mismo tiempo, pero mal.