Es rosa que al tocar la mano juvenil, enseñan sus espinas a llorar; mas diera de ese cielo que matiza el arrebol el rayo de esperanza que alumbra como el sol y el sueño del Edén que el alma ve lucir por una de tus lágrimas,mi bien.
Se eleva sobre los encumbrados minaretes pintados de
arrebol, sobre las torres cuadradas y las cúbicas habitaciones, en los desiguales muros y en las puertas de la Ciudad Santa.
Tomás Carrasquilla
¡Ella aparece! No veis cuál resplandece Del
arrebol del alba enrojecida, Por las gracias ornada, Y de alta gloria y majestad cercada?
Manuel José Quintana
No las han menester estas mejillas; porque, para decir sus maravillas, basta decir que están, por lo encarnadas, como de haberles dado bofetadas; que es éste el arrebol que las colora.
Con sus escarchadas alas Pasó el tiempo que no es tardo Y olvidáronse del Bardo El Conde y la dueña Sol; Mas no se olvidó la bella, Que en el alma lo tenía Al morir la luz del día Y al mostrarse su arrebol.
a viene el revuelto otoño Recogiendo frasco y flores; Pasó el sol con sus calores, Y alumbra al fin otro sol; Pasaron las alboradas Deliciosas de la aurora, Que el horizonte colora De purpurino arrebol.
Que de vida y de luz lleno, Hoy sereno Brilla espléndido tu sol, Y con vivo lampo dora De tu aurora El purísimo arrebol, Ríe y canta, que este yerto Gran desierto Que llamamos mundo aquí, Aun guarda blandos olores, Ricas flores, Y regalo para ti.
Pensolo más, y se fue a una tienda, donde compró un poco de arrebol, se lavó, se peinó, se aderezó, se puso su colorete y se sentó a la ventana.
endita mil veces la luz desmayada Que avaro te presta magnífico el sol; Bendita mil veces ¡oh luna callada! Tu luz, que no enturbia dudoso arrebol.
A trueque de todo mi dolor de triste, por la Primavera fresca que me viste, porque a los veinte años reinta la ley santa que si un ave muere hay otra que canta, levanto la copa que es mi primavera, precoz en sus frutos, triste y altanera con blancuras místicas y rojo
arrebol, donde se confunden la nieve y el sol.
Beatriz Eguía Muñoz
Aún veo sobre el carbón de tus pupilas el
arrebol fascinador de ocaso; veo la vacada, escucho las esquilas: va entrando en su redil paso entre paso.
Rafael Pombo
Ardieron las hogueras sobre las pardas cumbres, y hasta Diana excelsa, vestida de albas lumbres, tiñó las tenues nubes con cálido arrebol.