La barba le llegaba hasta el estómago, y la capucha de su capa
escarlata encuadraba un fino rostro arrugado, ligeramente achocolatado, de líneas muertas y mirada joven, falsa y cruel.
Roberto Arlt
No hay contusión, descalabro ni tizne que su cuerpo no conociera prácticamente; pero jamás en él hicieron mella el sarampión, la alfombrilla, la gripe, la escarlata ni cuantas plagas afligen a la culta infantil humanidad.
El día quarto décimo será fiera varata, ardrá todo el mundo, el oro e la plata, balanquines e púrpuras, xamit et
escarlata, non fincará conejo en cabo nin en mata.
Gonzalo de Berceo
Este, en un caballo blanco, cuya crin el oro enlaza, ostenta un rico vestido de terciopelo
escarlata: el arnés de hojuelas de oro, y de rica seda blanca, con brillantes bordaduras, los afollados y faja.
Ángel de Saavedra
Muerto en el Presidio de Reading, Berkshire, 7 de julio de 1896: No vistió su chaqueta escarlata porque el vino y la sangre ya son rojos, y sangre y vino había en sus manos cuando lo hallaron con la muerta, la pobre que él amó y a quien en su lecho asesinara.
Tan sólo en una ocasión le había visto fracasar, a saber: en la de la fotografía de Irene Adler y del rey de Bohemia; pero al repasar en mi memoria el tan misterioso asunto del Signo de los Cuatro y las circunstancias extraordinarias que rodearon al Estudio en
escarlata, tuve el convencimiento de que tendría que ser muy enrevesada la maraña que él no fuese capaz de desenredar.
Arthur Conan Doyle
No se estaba mal allí. Viajar gratis, a doble velocidad y acostadito en aquel nido forrado de suave
escarlata, era una dicha. -¡Je, je, je!
Vicente Blasco Ibáñez
465 Zodíaco después fue cristalino a glorïoso pino, émulo vago del ardiente coche del Sol, este elemento, que cuatro veces había sido ciento 470 dosel al día y tálamo a la noche, cuando halló de fugitiva plata la bisagra, aunque estrecha, abrazadora de un Océano y otro, siempre uno, o las columnas bese o la
escarlata, 475 tapete de la Aurora.
Luis de Góngora y Argote
Algunos muchachos caracoleaban sobre caballos de madera y mimbre, esgrimiendo largas lanzas adornadas con gallardetes de colores brillantes; otros iban a pie agitando delante del toro sus capas escarlata y saltando ágilmente la barrera cuando arremetía contra ellos; y en cuanto al toro, era idéntico a uno de verdad, aunque sólo fuera de mimbre forrado de cuero, y mostrara una marcada tendencia a correr en dos patas por la plaza, cosa que nunca haría un toro verdadero.
Pronto se concentran en un punto tantos ríos de ebulliciente claridad, y fórmanse mil soles de fuegos fatuos, que se apagan sucesivamente, como la iluminación de terminada fiesta. Los prismas se decoloran, la
escarlata amarillea, la púrpura toma un tinte violado...
Pedro Antonio de Alarcón
4 Y tomará Eleazar el sacerdote de su sangre con su dedo, y rociará hacia la delantera del tabernáculo del testimonio con la sangre de ella siete veces; 5 Y hará quemar la vaca ante sus ojos: su cuero y su carne y su sangre, con su estiercol, hará quemar. 6 Luego tomará el sacerdote palo de cedro, é hisopo, y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca.
4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación; 5 Y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.