«
Secar y
enjugar explican en general la acción de extraer la humedad de un cuerpo; pero
enjugar representa una idea más limitada, y se aplica más propia y exactamente cuando se trata de poca humedad. Lo que está mojado, se
seca; lo que está húmedo se
enjuga. La ropa que la lavandera saca mojada del río, se
seca al sol; pero es preciso casi siempre
enjugarla después en casa, porque regularmente viene algo húmeda. Se
seca una fuente, un estanque, no se
enjugan. Se
enjuga el sudor, los ojos húmedos del llanto, no se
secan.»
José López de la Huerta