Por eso Casio desde niño aborreció la superioridad, aun en la presunción de otro alguno; y varón, en las armas y fortuna de César: fue su natural contagio para Marco Bruto.
El haberme faltado la fortuna para este intento en el ejército de Pompeyo, antes me anima que me desmaya; que tan justificadas aciones las niegan los dioses a la locura de la suerte, para concederlas a la razón de la virtud.
Matita de Poleo quedó un instante pensativo y -Güeno, pos probaré yo tamién fortuna, pero ya sabe usté que ha de ser de oro de ley la leontina y de oro de ley er reló y er sello y las dos tumbagas.
No tengo dinero que dejaros, y aunque os parezcan de poco valor las cosas que ahora os doy, eso depende del uso que hagáis de ellas; buscad cada uno un país en que sea desconocido el objeto que posee y hará su
fortuna.
los Hermanos Grimm
Pero por todas partes por donde pasaba encontraba a los labradores provistos de hoces tan buenas como la suya. Por
fortuna desembarcó al fin en una isla en que nadie sabía lo que era una hoz.
los Hermanos Grimm
Se hizo conducir, por último, a una isla, donde por
fortuna no habían visto nunca ninguno; pero en cambio había en ella tal número de ratones, que corrían por las mesas y los bancos, aun en presencia de los dueños de las casas.
los Hermanos Grimm
Ya hemos dicho que era el suyo uno de los pocos ventorrillos de esta nuestra tierra natal donde la buena fortuna había olvidado un punto su índole veleidosa y tornadiza...
Y pensando en su malita fortuna estaba nuestro mozo, cuando apareció en una de las puertas del ventorrillo el señor Cristóbal Heredia, uno de los decanos de los rabadanes del pueblo donde Clotilde lucía sus ardientes incentivos.
Aquello fue una malita racha que ya pasó por fortuna, y ni engarzao en oro ni guarnecío de topacios quiero yo a ese hombre, que cuando habla parece que está concediendo pensiones vitalicias y cruces de San Fernando.
Y con estos atractivos y otros, como eran su habilidad en can tarse un tango o una «tartanera», como pudieran hacerlo ángeles y serafines, y su inimitable gracia en taconearse cualquiera de los tangos más en boga, poniéndole seco el paladar y fatigoso el aliento a los que tenían la buena o mala fortuna de contemplar sus primores, no era de extrañar, repetimos, que llevara como llevaba ya dos años de cimbel en la taberna de la Chata de los Chícharos, mimada por ésta y por su consorte, el señor Juanico el Talabartero, uno de los más ilustres ejemplares de los que viven o vegetan de upa en Malaguita la bella.
------------- Cuando al día siguiente fue a saludar al Rey el Intendente, le dijo: -Ya he sabido lo que anoche, Señor, habéis sufrido; pero gracias al Dios Omnipotente vuestra hermosa salud no ha padecido. -Hoy, por
fortuna, estoy perfectamente.
Vital Aza
El ánimo plebeyo y abatido elija en sus intentos temeroso primero estar suspenso que caído; que el corazón entero y generoso al caso adverso inclinará la frente antes que la rodilla al poderoso. Más triunfos, más coronas dio al prudente que supo retirarse, la fortuna, que al que esperó obstinada y locamente.