Terruño sin piedad y alto cautivo; textura del placer y eco de un niño. Corredor de soledad y fuentes tibias; trinar de vocaciones y delirios.
«¡Fuera antiguallas y a romper con el pasado!» Tal era la consigna del roñoso empresario de Acho. El alma del generoso Landaburu debió
trinar de cólera en el otro mundo ante mezquindad tamaña.
Ricardo Palma
Durante algún tiempo permaneció inmóvil y en silencio, y cuando, algunos instantes después, buscaba una saliente del muro en que apoyarse para realizar sus amantes propósitos, un dulce y melancólico trinar de guitarra, diestramente tañida, turbó el silencio de la noche.
Por eso, porque un oscuro, porque un sincero es quien canta y no un cortesano impuro, oiréis el de mi garganta canto llano, pobre y duro. Más placerá a vuestro oído el débil
trinar sentido del pájaro del erial que el resonante graznido del hueco pavo real.
José María Gabriel y Galán
Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética ni soy un ave de esas del nuevo gay-
trinar.
Antonio Machado
¡Qué dulce será, vagando Por la viviente mansión, Ir al compás escuchando De las arpas de Sión, Eternamente gozando, Aquella aura perfumada, Y aquel manso susurrar De la floresta encantada, Y aquella luz reflejada De soles en un millar, Y aquel gotear de las fuentes, Y aquel trinar de las aves, Y aquel hervir los torrentes, Y aquellos mares vivientes Sin monstruos, vientos, ni naves!
Mirra y esencias de flores arden en pebetes de oro, y el sol de los miradores anubla el humo de olores que avaro respira el moro. El aire colman de ruido dos fuentes azafranadas; y en su murmullo perdido, se oye el trinar dolorido de las aves enjauladas.
Ya no oía los gritos ni las carreras de los que creí me perseguían y me encontré sola en medio de la montaña: no había más ruido que el zumbido de los insectos, el trinar de los pájaros y el chasquido de las hojas secas al romperlas con los pies.
Doquiera en las hojas del árbol florido se siente escondido al mirlo trinar, doquiera en la hierba menuda se siente la rápida fuente saltando brotar.
El cielo se contemplaba nublado; una friolenta ne-blina se extendía por todo el valle y no se escu-chaba el acostumbrado
trinar de los gorriones que invariablemente saltaban en el verde jardín de su chalet.
Antonio Domínguez Hidalgo
Despertó una noche Carlos V, y como el ruiseñor le hubiera desvelado con la dulce porfía de sus silbos y de su trinar, quejose al día siguiente a sus servidores.
Pero las llamas siguen y los calores crecen; prosigue la luz en las hornillas y su trinar de lumbres matizando distintos amanezcos con chimeneas eléctricas murmuran pútridas sus hervores de atole con el dedo.