En cuanto a la princesa, ésta se mostró encantada con la exposición, y dada su ignorancia de las proporciones ocultas bajo el grosero exterior de un rústico, fijó su mirada con asombro y deleite en lo que él puso de relieve.
Y reíase de la otra buena vieja de la Pipota, que dejaba la canasta de colar hurtada, guardada en su casa y se iba a poner las candelillas de cera a las imágenes, y con ello pensaba irse al cielo calzada y vestida. No menos le suspendía la obediencia y respecto que todos tenían a Monipodio, siendo un hombre bárbaro,
rústico y desalmado.
Miguel de Cervantes Saavedra
La riqueza en la compostura puede anunciar un hombre opulento, y su elegancia un hombre de gusto: el hombre sano y fuerte se reconoce por otras señales; es bajo el rústico vestido del obrero y no bajo el oropel de un cortesano que se encontrará la fuerza y el vigor del cuerpo.
Cogió de nuevo el miembro hinchado del rústico y con su propia mano lo puso en contacto, prestándose a tan poco delicada operación, e intentó practicar una entrada horadándose a sí misma con el arma del amor cuyos placeres había imaginado; su experiencia.
mitación de Virgilio Tirsis, habitador del Tajo umbrío, con el más vivo fuego a Clori amaba; a Clori, que, con rústico desvío, las tiernas ansias del pastor pagaba.
Y por si tanta honra pareciese escasa al lector, quiero que sepa que también regias plantas de dos dinastías se han deslizado sobre el polvo de aquel rústico pavimento.
El Alcalde había presenciado desde su sillón la escena, y aunque rústico, y acaso por ser rústico, sentía hondamente la emoción del caso.
Aquí murió de amor en hora aciaga Mirtilo, y Bala su rebaño; llora La primavera y le tributa Flora
Rústico incienso cuyo olor embriaga.
Justo Sierra Méndez
Sin esperar la respuesta, y a carcajada tendida, corre saltando hasta el extremo opuesto del corredor, torna hasta la mitad, y, escondiendo la carita tras los tallos fibrosos de una iraca que desparramaba sus plumajes tropicales por encima de un aparato a estilo
rústico, y señalando con el dedo a sus padrinos, grita con tono burlesco: "¡Hi, hi, hi, son novios, son novios!".
Tomás Carrasquilla
Estése el cortesano procurando a su gusto la blanda cama y el mejor sustento; bese la ingrata mano del poderoso injusto, formando torres de esperanza al viento; viva y muera sediento por el honroso oficio, y goce yo del suelo, al aire, al sol y al hielo, ocupado en mi
rústico ejercicio; que más vale pobreza en paz que en guerra mísera riqueza.
Félix Lope de Vega y Carpio
Juanito se hallaba en la sala, una habitación grande, alta de techo, con dos ventanas que daban al campo, amueblada con sillas de Vitoria, un rústico sofá, una cómoda, con una infinidad de baratijas encima, y dos mesas.
Felipe Ferreiro Acto primero El 7 de marzo de 1848-para ser más preciso martes de Carnaval-en la calle “ANCHA” de la Unión (hoy “8 de Octubre” y entonces General Artigas) ante una multitud expectante-abigarrada disímbola-que crecía y crecía por momentos, un fuerte núcleo de mocetones “VIZCAINOS”, integrantes en su mayor parte del “BATALLON DE VOLUNTARIOS DE ORIBE”, después de levantar un rústico tablado procedieron al cumplimiento del programa que se habían propuesto entonces desarrollar.