Por ti, los paladines a tu beldad rendidos, hacen lujo en la liza, de valor sin igual, que ante tus pies, se postran: vencedor y vencido, pues Tú, sola eres Reina, pues por Ti ha perdido su corazón y su alma, toda la Corte Real.
entre panfletos. En los templos de
lujo los fieles como que entonan prendidos, vivificantes baladas celestiales: "Oh María... madre mía...
Antonio Domínguez Hidalgo
-El sistema colonial, porque está en contradicción con la libertad de los pueblos, y porque enseña la experiencia que desde una inmensa distancia son mal gobernados, no se les administra bien la justicia, y sus productos y riquezas no se consumen en utilidad del propio país, sino en guerras y en el lujo y vicios de la Corte.
Estribillo Y ahora dicen que era un poeta: uno de esos que el mundo perdió; de nocturnos hechos con poemas que entre fábricas se destruyó. Hoy comprenden sus noches de luna que en un libro de
lujo salió.
Antonio Domínguez Hidalgo
¿Se busca, entonces, que nos curemos en salud? ¿Pero, esa previsión es, acaso, cuerda? ¿Se trata de un lujo que nada ha de costarnos? ¡No!
Escribiendo en 1920 sobre el tema, el constitucionalista boliviano Carrasco, a quien pertenece la expresión “ resultados deplorables ”,-manifestaba, después de reseñar los hechos concretos que fundamentaban su conclusión: “ Muchas veces se hace lujo de independencia...
-exclamó el señor Curro el Pimporrio, penetrando en casa de su compadre el señor Pedro el Cerote, uno de los más populares de los por aquel entonces dedicados a calzar a los que podían permitirse tal lujo en el barrio de La Pelusa.
En seguida lo supimos, teniendo de mi parte que librar una verdadera batalla contra mamá y mi mujer para no bajar a Buenos Aires a darme inyecciones. La herida, franca, había sido bien oprimida, y lavada con mordiente
lujo de permanganato.
Horacio Quiroga
Una profunda inquietud enseñoreábase de su corazón, y un vago remordimiento de su conciencia; la tardanza de Joseíto habíale robado las escasas horas de reposo que la tos le concedía, al recordar el despecho de su hombre por no poder tenerla como a la flor en el tallo, y el juramento que le hiciera recientemente de satisfacer en breve plazo el capricho suyo que ella había cometido la torpeza de revelarle un día en que un ala del corazón hubiera dado por haber podido eclipsar con su lujo el de su vanidosa rival.
Sin duda me veía como un Juanito de las habichuelas mágicas. Entré y quedé maravillado al ver tanto lujo. Las paredes eran de oro, las ventanas estaban adornadas con cortinas tejidas de piedras preciosas y el suelo tapizado con una gruesísima alfombra de terciopelo rojo.
Hasta se permitieron el lujo de atacar a Dorrego y al federalismo en sus propias trincheras porteñas, tratando de promover la reacción de los unitarios caídos (y bien caídos), por medio de un descabellado proyecto de implantación de la república unitaria con sólo las provincias Oriental y de Buenos Aires frente a la barbarie federal de las demás, encabezadas por Córdoba, la docta.
La generación de los científicos En su libro, Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica, Leopodo Zea expone con lujo de detalles cómo ocurre la introducción del cientificismo positivista en América Latina durante el último tercio del siglo XIX.