-Pos porque el Ecijano ha visto esta mañana el cielo abierto, porque su amigo ha querío jugársela de vivo, porque se ha enterao de que no es amigo suyo de verdá, porque ese caballero le tiée asquito a un tal Zargatona que anda cimbeleándola a usté, y que no quiere que naide cante unas malas seguirillas en este alero, y como le tiée asquito pos le ha querío dar coba al de Ecija, pa que el de Ecija, sin saber lo que se jacía, le quitara el mal bicho del reondel, y el Ecijano, como es natural, se hizo er lila y como ya no tiée que guardarle consecuencias a naide, pos velay usté, se ha dío en busca mía, y yo me he venío aquí pa decirle a usté que o le degüelve usté a ese hombre toíto lo que le ha quitao o se jura la constitución ahora mismito al pie de su ventana.
Durcet marcó sólo por detrás, con una cinta lila, a Jacinto, y el obispo, que sólo tenía para él cinco primicias sodomitas, ordenó a Cupidón, Narciso, Celadón, Colomba y Fanny que llevaran un lazo violeta detrás.
To lo que me estás diciendo tú es mentira y catorce veces mentira. -Vamos, hombre, no seas tú lila nunca. ¡Cómo va a ser mío to esto!
iMálaga a golpes, a fatídico coágulo, a bandidos, a infiernazos a cielazos, andando sobre duro vino, en multitud, sobre la espuma lila, de uno en uno, sobre huracán estático y más lila, y al compás de las cuatro órbitas que aman y de las dos costillas que se matan!
Ciertos periodistas siempre lo han aprovechado en la venta de sus secciones: sociales, deportes, espectáculos, nota roja. El amarillo suele ser su color, aunque más aproximado, sería el lila.
En la casa hay algo: porque si no, ¿para qué está ahí, al pie de la cama, su vestidito nuevo, el vestidito color de perla, y la cinta
lila que compraron ayer, y las medias de encaje?
José Martí
Pienso asi porque al disponer el artículo 49 que lila falta de cualquiera de los presidentes o secretarios de las mesas receptoras no obsta para que se haga el escritunio, ni dispone implícitamente que la junta no debe funcionar cuando falten ambos conjuntamente.
Todo lo que sabía era decirme como un lila, que es lo que era: «¡Es un niño, un niño!» ¡Oh, qué imbecilidad la de toda aquella gente!
¿quiere que vaya de lavacopas? —No, pero tenés que trabajar. Lo poco que ha quedado alcanza para que termine
Lila de estudiar. Nada más.
Roberto Arlt
que no quieres hacer nada. Mira los botines que llevo, mira los vestidos de
Lila, todos remendados, ¿qué piensas, Silvio, que no trabajas?
Roberto Arlt
-Pos es mu fácil; yo quise castigar a Joseíto, pero no que el otro guasón se gozara con sus parneses, y, por lo tanto, lo que yo jice fue decirle a Juan: «Pos mire usté, so lila, to puée arreglarse.
Pero por una mujer se perdio el mundo; y por una Da- lila le cortaron el cabello a Sanson; y por una Bethsabe el santo rey David perdio hasta el seso y la santidad; y por una dona Leonor Hurtado se supo que el padre de las quintillas era fray Juan Gutierrez, de la religion agustinia- na.