28/7/1921) Es desfile de dioses... La epopeya grandiosa que escribieran con sangre los titanes de ayer, nos parece leyenda... leyenda prodigiosa que misteriosamente nos hace estremecer.
La Loba curó... Pero su ánimo quedó quebrantado, su prestigio enflaquecido, deshecha su
leyenda. ¡Vencida Pepona por una madamita de cura mozo!
Emilia Pardo Bazán
Es desfile de dioses... La epopeya grandiosa que escribieran con sangre a titanes de ayer, nos parece leyenda... leyenda prodigiosa que misteriosamente nos hace estremecer.
Yo callé compadecido de aquel pobre exclaustrado que prefería la Historia a la Leyenda, y se mostraba curioso de un relato menos interesante, menos ejemplar y menos bello que mi invención.
Pero esto, unido a la historia del conejo que asustaba a los caballos en las inmediaciones de la casa de Nahum, dio pie a que empezara a tomar cuerpo una leyenda, susurrada en voz baja.
Me sentí más que nunca, caballero de la Causa: Como una gracia deseé morir por aquella dama que tenía las manos como lirios, y el aroma de una leyenda en su nombre de princesa pálida, santa, lejana.
Cuando al fin llegaron al pie del fastuoso castillo, quedaron asombrados al ver cómo aquella magna arquitectura desaparecía delante de su rostro estupefacto. Comprendieron que la promesa de la vieja leyenda era puro ilusionismo.
Era inevitable, era justo. El símbolo de la
leyenda no puede ser más acertado. Lo mató como mata el cultivador, para el bienestar de los humanos, los terrenos baldíos; como destruye el hacha civilizadora los inútiles matorrales; como el espíritu de los tiempos modernos aplasta los últimos vestigios del pasado, sonrientes tal vez y seductores al través de los siglos, pero nocivos y fatales pesos muertos que dificultan nuestra marcha.
Vicente Blasco Ibáñez
Por otro lado, para abordar los relatos literarios, una historieta en imágenes muda que represente o sugiera la estructura argumental de alguna obra de género narrativo: La leyenda de Troya, relatos mitológicos, leyenda de la fundación de México, El poema de Mío Cid, El Lazarillo de Tormes, La Celestina, la vida de Nezahualcóyotl o de Sor Juana, Romeo y Julieta, etc., permiten efectuar espontáneos y dinámicos ejercicios de escenificación improvisada.
El folleto aclaraba que todo eso era un rumor, pero alrededor de aquello, se había tejido un subrepticio secreto que en realidad se trataba de una leyenda nunca aclarada.
Y el séptimo fue el río que bajó de los Andes y cruzó el llano, espoleado por la Leyenda, en el lomo le floreció un Centauro injerto del tritón, que tomó Las Flecheras, caballo del Prodigio, cimarrón de la Hazaña, Apure es el Pegaso de los ríos de América...
Según cuenta la
leyenda, hace pocos años la tierra se hundía allí constantemente, y en una ocasión un inocente niño cayó con sus flores y juguetes en la abierta tumba, que se cerró mientras el pequeñuelo jugaba y comía.
Hans Christian Andersen