Vestía con aseo y elegancia el hábito agustino, luciendo siempre guantes de piel, medias de seda y charolado zapato con hebilla de oro.
El padre anduvo enseñándolo por las principales ciudades de Europa, vestido como un príncipe, con su casaquita color de pulga, sus polainas de terciopelo, sus zapatos de
hebilla, y el pelo largo y rizado, atado por detrás como las pelucas.
José Martí
En verano y en invierno vestía calzón de paño negro a media pierna, medias azules, zapatos con
hebilla de oro, chupa de terciopelo y capa de anafalla.
Ricardo Palma
Paseaban delante de mí dos figuras, de las cuales no tardé por su vestido en deducir la opinión y el partido. Los dos llevaban peluca rubia, caña de Indias por bastón, calzón y zapato con
hebilla...
Mariano José de Larra
Una hebilla que se corto, pareció todo un acontecimiento: «¡Estamos frescos, ahora!» gritó el mayordomo; pero el capataz, sin decir palabra, cortó ligero un tiento, sacó la lesna plantada en la pared del rancho, y, en cinco minutos, puso todo mejor que nuevo.
Rosas al que descubriera al criminoso Figueroa. Lo cierto es que de contado se quitó una hebilla de oro y se la dió al muchacho, que tendría 30 castellanos de aquel metal.
Al mirar la mantilla de púrpura, la hebilla de oro y el puñalito con puño de marfil, dio un grito, exclamando: «¡Oh, señor Júpiter!», y llamó a su mujer para que examinase aquellas prendas.
Lo ha visto una vez rodar envuelto en sangre cuando el chico percutía en la morsa del taller una bala de parabellum, siendo así que lo que hacía era limar la
hebilla de su cinturón de caza.
Horacio Quiroga
Bruñendo los cuadros horizontales, se quebraba contra ellos en finas aristas, según las resquebrajaduras del barniz; y de todos aquellos grandes cuadros negros enmarcados en oro se destacaba, acá y a11á, alguna parte más clara de la pintura, una frente pálida, dos ojos que parecían mirarte, unas pelucas que se extendían sobre el hombro empolvado de los uniformes rojos, o bien la hebilla de una jarretera en lo alto de una rolliza pantorrilla.
Con esto, Mizifuf el campo corre y pone cerco al muro, armado de un arnés cóncavo y duro de un galápago fuerte, que sin salir de sí le halló la muerte; la cabeza, adornada de un sombrero, la falda levantada, de un trencellín ceñido, el pasador y
hebilla guarnecido, con pluma verde escura, señales de esperanza con tristeza, aunque la justa causa la asegura.
Lope de Vega
Está la niña galana cual nunca el barrio la vio, suelto en rizos el cabello, que exhala fragante olor; la falda de raso blanco, y acuchillado el jubón, con vueltas de terciopelo azul, de cielo el color; con una hebilla de plata ajustado el cinturón, de donde baja en mil pliegues un encaje en derredor; y de un lazo de corales, que Pedro la regaló, lleva en una cruz de oro la imagen del Redentor.
Tenía él, en la trastienda, todo un cajón lleno de aperos de plata, de esas prendas extravagantes, productos del arte del platero, quien por un caballo atrozmente tallado, cabezudo y de patas cortas, destinado a hebilla de tirador...