-refunfuñó el zapatero al par que aforaba con los ojos y con expresión de ira el grueso imponente del cigarro que empezaba a liar el recién llegado.
La Duquesa, con el ánimo que las mujeres tienen para tales trances, le habló: —Esto no es nada, Señor Conde. A mi marido, como estaba un poco grueso...
Las llamas rojas y azules se enroscaban chisporroteando a lo largo del grueso tronco de encina que ardía en el ancho hogar...
Dios os guarde, señor, de que su horrendo rostro topéis haciendo alguna empresa: mejor de oídas es saber que existe, que estarse cerca y dar con caso triste. »No sé decir si es chato u oblongo, tal es desmesuradamente grueso.
Asombrado contemplaba todo aquello cuando escuché, un ronco y grueso vozarrón que hizo estremecer el recinto y a mí me fulminó de sobresalto: —¿Quién eres tú, insignificante enano y qué haces en mi reino, el reino del Magno Efrit?
Y allí con obra audaz del monstruo grueso lograron libertar a esta Lucina, si bien más por fortuna que por seso; llevándola a su padre en la marina que allí estaba y feliz vio su regreso.
Bolivia, después de haber recibido con palmas como a libertadores a los ejércitos de Buenos Aires, se vuelve contra ellos y forma el grueso de los realistas que defienden el antiguo régimen porque en los primeros halló un común sentimiento de prepotencia, acusador de nuevos amos.
- exclamó el señor Frasquito el Trebujena acercándose al banco, donde aquél hacia correr la garlopa, con nerviosa ligereza, sobre un grueso listón de pino del que arrancaba muchas y rizadísimas virutas.
Pues bien; se debió saber que el “grueso” de ese Cuerpo, que pasaba de setecientos hombres estaba formado por uruguayos: montevideanos, fernandinos y minuanos.
Y el grueso está en las terminales no radicadas, obviamente, porque son terminales no radicadas en el país, no generan trabajo, o sea, están afuera.
—con sofisticación. Después de unos segundos entró un individuo alto y
grueso que la saludó ceremoniosamente. Su acento francés aunado a su fúnebre porte le daban el aspecto de los antiguos condes versallescos...
Antonio Domínguez Hidalgo
Fueron hundidos además el pontón “Meteoro” (antigua escuela naval), la chata número 1, y la batería flotante, formada por dos lanchas cargadoras de lastre de cincuenta toneladas cada una y armadas con un cañón de grueso calibre a proa y otro menor a popa.