Joseíto permaneció silencioso y sombrío; la conformidad de Cayetano y de la señora Pepa, que hasta entonces tan tenazmente habíase opuesto a su partida, habían llevado a su espíritu el triste convencimiento de la gravedad de Rosalía; sin duda ésta estaba en peor estado que él había podido suponer cuando tan dispuestos veía a aquéllos a que él fuese al pueblo con la herida no cicatrizada del todo y sin fuerzas para salir de la casa, pues cuantas veces había intentado hacerlo sin el apoyo del señor Juan, hubiera dado en tierra con su buena persona.
En cuanto al apoyo al transporte para su mejoramiento, tengo aquí documentos de la Comisión Sectorial del Transporte y Vialidad, dentro del COPLADE del Distrito Federal, que a su vez integra el plan para el Distrito Federal, del desarrollo del Distrito Federal y zona centro, y esta a su vez en el llamado Plan Nacional de Desarrollo, documentos en los cuales se reconoce la gravedad del problema y...
Desde aquella intentona no había vuelto a moverse, pero ya estaba decidido a abandonar aquel hospitalario rincón; la impaciencia tomaba en él caracteres de mayor gravedad que el balazo; el sueño había huido de sus ojos, y las noches pasábaselas suspirando angustiosamente y dando vuelcos y más vuelcos.
Para determinar la cuantía de la sanción que proceda, se atenderá a la valoración conjunta de las siguientes circunstancias: a) Gravedad de la infracción en orden al posible peligro para la seguridad de las personas o las cosas.
La señora Pepa no se opuso, como otras veces; ya tenía ella noticias de la gravedad de Rosalía, no ignoraba que ésta pedía a gritos no morir sin volver a ver al hombre querido, y comprendiendo que no debía oponerse a satisfacer aquel legítimo deseo de una moribunda, salió de la estancia, regresando a poco con el airoso traje andaluz del Zorzales, al que preguntó: -¿Y cómo vas a dir tú andando dende aquí al pueblo, siendo ésta la primera vez que te alevantas?
El Príncipe la miró despreciador: —¿Y eso no es España? La Infanta buscó ánimo en mis ojos, y repuso con tímida gravedad: —Pero eso no es toda España.
-¡Vete al diantre! -respondió el Marqués, sin poder conservar la
gravedad, como tampoco pudieron refrenar la risa doña Teresa ni Angustias.
Pedro Antonio de Alarcón
Continúaba, eso sí, por terquedad aragonesa, más que por otra cosa, diciéndose su mortal enemigo, y hablándole con aparente acritud y a voces, como si estuviera mandando soldados; pero sus ojos la seguían y se posaban en ella con respeto, y si por acaso se encontraban con la mirada (cada vez más grave y triste desde aquel día) de la impávida y misteriosa joven, parecían inquirir afanosamente qué
gravedad y tristura eran aquéllas.
Pedro Antonio de Alarcón
d) En casos de excepcional gravedad, el Consejo de Ministros podrá imponer multas por cuantía de hasta 5.000.000 de pesetas, a propuesta del Ministro de Industria y Energía.
Pero esos hombres mutilados y sanguinolentos no dejaban de avanzar, sin advertir, al igual que el niño, el dramático contraste entre la risa de éste y su propia y horrible gravedad.
Los Estados Partes considerarán el delito de desaparición forzada punible con penas apropiadas, que tengan en cuenta su extrema gravedad.
Quisiera decir en breves palabras mi sentir, pero la gravedad del negocio precisa a no poder reducir a cortas razones tanta importancia.