De que después de haberse fiado de un hombre sin ningún examen y de creerle sincero, honorable y fiel, acabamos por descubrir que es falso y perverso; después de varias experiencias parecidas, viendo que uno ha sido engañado por los que creía eran sus mejores y más íntimos amigos, harto de verse tanto tiempo sometido a tal error, llega a odiar a todos los hombres persuadido de que no hay ni uno que sea sincero.
Es delatado el silencio por pensativo, y la voz por impaciente; y extiéndese a tanto el riesgo, que aun no se libra dél quien, conociendo los delatores, por disimular alaba y defiende las violencias; porque aquel que se encarga de acusar para que el tirano estime su maña y la tenga por mayor que la prudencia del recatado, no refiere lo que dijo delante dél, sino lo que quería que dijese, y alega por grande servicio el falso testimonio, y acredita su eminencia con sus mentiras.
¡Vamos, mujer, que me has dejao jecho to una peana! Y vamos a ver: ¿a ti quién te ha dicho to eso, quién ha sío el que le ha alevantao ese falso testimonio a quien no se lo merece?
Crece las cosas sin añadirlas, y su arismética cuenta lo que no hay. Es el testigo falso más pernicioso del mundo; porque, siendo falsario de ojos, ve lo que no mira.
El único parecido que existe es que cuando se admite como verdadero un razonamiento sin saber el arte de razonar, sucede más tarde que parece falso, séalo o no, y muy diferente de él mismo.
Los axiomas matemáticos no son axiomas de validez general. Lo que es verdad de relación (de forma y de cantidad), es a menudo grandemente es falso respecto a la moral, por ejemplo.
¿No sería, pues, una verdadera desgracia, Fedón, que cuando hay un razonamiento verdadero, sólido y susceptible de ser comprendido, por haber oído a aquellos otros razonamientos, en que todo parece falso unas veces y verdadero otras, en vez de acusarse a sí mismos de esas dudas o de achacarlas a su falta de arte, se echara la culpa a la razón misma y que se pasara uno la vida odiando y calumniando a la razón, privándose así de la verdad y de la ciencia?
Unos decían: “El Señor le socorra y valga.” Otros: “Bien se le emplea, pues levantaba tan falso testimonio.” Finalmente, algunos que allí estaban, y a mi parecer no sin harto temor, se llegaron y le trabaron de los brazos, con los cuales daba fuertes puñadas a los que cerca dél estaban.
Quizá no sea demasiado apropiada la imagen de que me sirvo para explicarme, porque no estoy conforme conmigo mismo de que el que ve las cosas con la razón las ve en otro medio que el que las mira en sus fenómenos; mas sea lo que fuere, he aquí el camino que emprendí, y desde entonces, teniendo siempre por fundamento lo que me parece lo mejor de lo mejor, lo tomo por lo verdadero, lo mismo en las cosas que en las causas y, desde luego, desecho como falso lo que no está de acuerdo con aquello.
«Esta gente se equivoca -pensé- o tal vez no hablan de mí». Pero sí, a mí se referían: me llamaban
falso e inútil. «Habrá que pasarlo a oscuras», dijo el hombre que me había encontrado; y me pasaron en la oscuridad, y a la luz del día volví a oír pestes: «¡Falso, no vale!
Hans Christian Andersen
Voy a agujerearte para que todo el mundo vea que eres
falso; y, no obstante - se me ocurre una idea -, tal vez eres una moneda de la suerte.
Hans Christian Andersen
Son unos ingratos... (Oh! ¡Cuántos convencionalismos! No puedo atenderlo... Todo es
falso... Por ser bueno... Te odio ¡Desgraciado. !
Antonio Domínguez Hidalgo