Aun hoy, en todas las entrevistas que se le hacen a Carly Simon se le pregunta sobre quién es el dedicado y la respuesta siempre es una evasiva, que simplemente tiende a enredar más la cuestión.
Eusebio de Mindo previno a Juliano, advirtiéndole que no debía dejarse enredar en las artes mágicas de Máximo, pero solo logró despertar la curiosidad del joven, que partió a Éfeso para conocer a Máximo entre mayo del 351 y abril del 352.
Posee maestría en todos los tipos de armadura, y más salud que todos los místicos salvo los orcos, lo que le convierte en alguien capaz de enfrentarse cuerpo a cuerpo. Puede enredar a sus enemigos al suelo, impidiendo así su movimiento.
Los danzantes toman un listón cada quien y lo van trenzando en círculos, entrando y saliendo hacia el mástil, hasta que ya no se pueda enredar más.
Sin embargo los monjes sabían también que podían cultivar ruibarbos al pie de los nogales y hacer enredar la vid en los manzanos… Actualmente muchos monasterios poseen un jardín (más o menos) conforme al capitular.
Yo me sentía con menos franqueza que de costumbre en una casa donde siempre la había tenido de sobra; Elena parecía preocuparse de mi visible encogimiento y Luisa, cansada de hablar sin que nadie le contestara, acabó por levantarse y descorrer las persianas del balcón para entretenerse en
enredar por entre los hierros las guías de una enredadera que se encaramaba hasta aquella altura desde el jardín.
Gustavo Adolfo Bécquer
Y es preciso que, a fuer de verídica, añada que Zenana no era tampoco lo que se llama una hermosura, ni menos poseía el hechizo malvado de las grandes cortesanas de Babilonia, que sabían con añagazas y tretas enredar un albedrío.
Y éste, espoleando el redomón, tratando, con una vuelta, de enderezar el avestruz al viento, desataba, galopando, las avestruceras, y llegado a tiro, las empezaba a revolear, hasta que, a cien varas, las soltaba, y, chiflando, iban las dos bolas de metal, a enredar irremisiblemente su trenza fina en las patas largas del pobre animal.
En las horas del medio día, cuando el aire en la sombra invita al sueño, junto a la nave, teje la red el pescador abuelo; sus toscos dedos añudan el lino que ha de enredar al sorprendido pez; raspa la abuela el plateado lomo de los que la víspera trajo la nave; saltan al sol, como chispas, las escamas y el perro husmea en los despojos.
Y entonces se inventó el cazar las fieras con lazos, y con ligas engañosas el enredar las aves, y las fieras selvas cercar con canes; las undosas mares con redes largas barrederas el uno escudriñaba; y con ñudosas mangas el otro hiriendo a su albedrío, el hondo penetró del ancho río.
Bien es verdad que es proprio a la cosecha del roble y del laurel y verde oliva y del sangriento mirto, y que aprovecha para enredar la grulla fugitiva, para poner al ciervo en red estrecha, seguir la liebre, herir la corza esquiva con honda que estallide, en cuanto al suelo la nieve cubre, al río enfrena el hielo ¿Qué diré del otoño y su mudanza, ya cuando van los días de corrida, lo que se ha de velar en la labranza?
Como en el caso de usted no cabe apelación sino queja ante el Tribunal Superior le ad- vertimos, cristiana y caritativamente, que tendrá que enredar- se y desenredarse en ese papel sellado que es su cócora ó pesadilla, amén de que, en estos tiempos de pobreza francis- cana, tendrá que gastar muchos realejos en escriba y fariseos; y por fin de fines tendrá usted que jurar, conducido al juz- gado i or un gendarme; y si aun persistiere en resistir irá á chirona, por desacato á la magistratura.