El Estado reconoce el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de la empresa y promueve otras formas de participación.
Ni de espíritu de empresa ni de energía para el trabajo carecemos nosotros, descendientes de rudos, pero esforzados montañeses del norte de España.
Artículo 59º. El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria.
Sexta.- Asimismo, hasta la publicación de las ITC, las inspecciones y pruebas periódicas, a que se refiere el artículo 16, podrán efectuarse por el instalador o el servicio de conservación de la Empresa en la cual esté instalado el aparato, si el producto indicado en las precedentes disposiciones es igual o menor de 10, y por alguna Entidad colaboradora si este producto es superior a dicha cifra.
Mas el poderoso Cronos, de mente retorcida, armado de valor, al punto respondió con estas palabras a su prudente madre: “Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló.
engo en el Salto Oriental dos primos, hoy hombres ya, que a sus doce años, y a consecuencia de profundas lecturas de Julio Verne, dieron en la rica
empresa de abandonar su casa para ir a vivir al monte.
Horacio Quiroga
Wyoming nos fue arrebatado en la flor de la edad, en instantes en que daba fin a dos cintas extraordinarias, según informes de la
empresa: El páramo y Más allá de lo que se ve.
Horacio Quiroga
Mi vista continúa siendo normal. Desgraciadamente, uno sabe siempre de patología más de lo razonable, y acudo al consultorio de la
empresa.
Horacio Quiroga
El de los Bigotes posó la imponente mirada en el recién llegado; un mohín de disgusto probó a Antonio una vez más las dificultades de su empresa, y -Oye, tú, Garabato -exclamó Currito encarándose con uno de sus amigos-, si viée el Tomatera dile que me aspere, que tengo que decirle una cosa que a dambos mos interesa; que yo voy a ver pa qué me quiere a mí este caballero.
A los conductores de rápidos no les conviene ver cosas dobles, y menos tratar de explicárselas. —¿Pero no sería prudente —insisto— solicitar un examen completo a la
empresa?
Horacio Quiroga
A la iniciativa, al esfuerzo y al capital de nuestros conciudadanos debemos los primeros ferrocarriles y telégrafos, puertos, muelles, establecimientos de crédito, grandes canales de irrigación y toda clase de empresa.
Preguntas son éstas que todos pueden responder y las respuestas no serán tal vez satisfactorias para los que cuentan entre los elementos de apreciación del progreso de un país, la energía de sus habitantes para el trabajo y el espíritu de empresa.