Y en vano el mal juez le tiende Su mirada suplicante, Acuña le está delante Con gesto amenazador, Y al rezo con que el alcalde Conjura la sombra santa, Acuña el dogal levanta Que mata con deshonor.
-«Toma, le dice una voz, »Toma este cordón de seda: »Míralo, que es tu dogal; »Por Alá maldito seas.» III Sobre la puerta ojiva del Oriente Del gran serrallo, en Estambúl hermosa, La cabeza de Alí vio el sol naciente Separada del tronco y horrorosa.
La impía raza en las tumbas cobijada Otra vez se alzará mustia y doliente, Roto el dogal que al polvo la sujeta, Al vivo son de la final trompeta.
Guardó tu honor, bien está, Pero por darte la honra Te robó la libertad. Ciñó á tu cuello una toca Que fué para tí un dogal, Que en vez de ahogar tus pasiones Te las hizo acariciar.
Bien pueden los tiranos eliminarnos como a nuestros camaradas; no adelantarán con ello una sola pulgada: lograrán tan sólo hacer más grande la hoguera de la rebelión, alcanzarán más presto el último collar: el del
dogal.
Práxedis G. Guerrero
Nació víctima, y su verdugo le persigue enseñándole el
dogal, así debajo del dorado artesón, como debajo de la rústica techumbre de ramas.
Mariano José de Larra
Debía ahogarte en mis brazos, así, así... Yo suspiré: —¡Tus brazos son un divino dogal! Y ella oprimiéndome aún más gemía: —¡Oh!...
«No teme el vengador de la justicia Dice el cruel, del hombre ni del cielo, Ese dogal tirado por el suelo No quedará sin víctima esta vez.» ¡Ronquillo!
Mas de esta pasión celeste que imprimió en mí un sello eterno, no quiero que haga el infierno una pasión infernal; y aunque la vida me cueste, voy lejos de ti a acabarla por no parar en cortarla rabioso con un dogal.
(181) «Cuando oscilaba mi cuerpo »Colgado en el barandaje »No recibí aquel ultraje, »De tu Rey, sino de tí.» Y esto diciendo la sombra De Acuña el dogal mostraba Y él con la vision luchaba Sin ahuyentarla de sí.
A los males sin cuento con que os abruma el que su eterna fiesta halla en vuestro tormento, es, oh mortales, único descuento, sola ventura que gozáis es ésta: »que, si del hado impío fue decreto fatal el nacimiento, es rey vuestro albedrío de acelerar, como acelero el mío, de vuestras vidas el final momento; »y que, si fue la entrada a la prisión oscura de la vida forzosa e ignorada, dogal, y salto, y tósigo, y espada siempre libre encontraron la salida.
—No, ¡vive Dios! le condenan; mas ¡vez qué dogal le ahoga! Condénanle a que en un año no asista a coro, mas cobra su renta; es decir, le mandan que no trabaje y que coma.