Santos Dumont fue el primer hombre en despegar a bordo de un avión, impulsado por un motor aeronáutico; algunos países consideran a los hermanos Wright como los primeros en realizar esta hazaña, debido al despegue que ellos manifestaron haber realizado el 17 de diciembre de 1903.
Santos Dumont les dio tiempo para que pudiesen despegar, pero no lo lograron; él en su primer intento a las diez de la mañana tampoco lo logró, pero en su cuarto intento realizó un vuelo de 220 metros estableciendo el primer récord de distancia, ganando el premio Aeroclub de Francia.
Al mismo tiempo hizo despegar seis aviones de reconocimiento para ir en búsqueda de la flota enemiga, y cazas A6M Zero para patrullar el espacio aéreo que rodeaba la zona.
Los aviones italianos con base en Mallorca sufrieron un accidente al despegar el 9 de octubre (quedando destruidos dos bombarderos y seis cazas Fiat C.R.32) y el 28 de octubre tuvo otro accidente un hidroavión Cant-Z 506 en el que murió el piloto, el teniente coronel Ramón Franco Bahamonde, hermano del "Generalísimo".
En otros aviones de peso medio, se adaptó con éxito una sonda externa fija, como en el avión de guerra electrónica Grumman EA-6B Prowler, frente al parabrisas de la cabina de mando, en los cazas franceses Dassault Rafale y Dassault Mirage 2000, permanece al costado derecho del cono delantero del radar, también se puede instalar en el costado del fuselaje central, en los aviones de ataque a tierra McDonnell Douglas AV-8B Harrier II, Mirage 50, en el caza Atlas Cheetah y en la versión mejorada del caza Kfir C.10, esto les permite despegar con mayor cantidad de armamento...
El jefe, de pie delante de la puerta, en actitud severa y digna observaba los movimientos de sus subordinados sin
despegar los labios.
Baldomero Lillo
-Míster Peggotty dio esta explicación para que se enterase mejor mi tía-. Le habla y está con ella con toda confianza. Delante de otra persona no sería capaz de despegar los labios. ¡Pobre chico!
De cuando en cuando un minero jadeante se precipitaba por la puerta, descolgaba su lámpara y con la misma prisa abandonaba la habitación, lanzando al pasar junto a la mesa una tímida mirada al capataz, quien, sin
despegar los labios, impasible y severo, señalaba con una cruz el nombre del rezagado.
Baldomero Lillo
El ingeniero oyó aquella exposición, desde el principio al fin, sin
despegar los labios, encerrado en un mutismo amenazador que nada bueno presagiaba para los intereses de los solicitantes.
Baldomero Lillo
Y al mismo tiempo se santiguó devotamente. Sin despegar los labios me acerqué a su lecho, y quedé mirándola grave y triste. Ella, con la voz asustada, murmuró: -¡Alguien se halla en trance de muerte!
Yo estaba a la cabeza de mi gente que parecía temerosa, y el jinete, alzado en los estribos, la contó con sus ojos fieros, que acabaron lanzándome una mirada sañuda. Juraría que también tuvo miedo: Sin despegar los labios alzó el látigo sobre la Niña Chole, y le cruzó el rostro.
De pie en el umbral. Con el fiero rostro lívido de coraje, Quilapán los miró avanzar sin despegar los labios. Los jinetes se detuvieron formados en semicírculo, dejando al centro a don Cosme, quien, haciendo adelantar unos pasos al hermoso tordillo, dijo a su mayordmo: -Lea Ud.