Durante dos días dentro de este periodo, macho y hembra se reúnen y parecen vivir una especie de noviazgo: si hasta entonces tendían a evitarse o simplemente se ignoraban, durante estas 48 horas viven, cazan, comen y duermen juntos. Cuando la hembra está dispuesta a copular, lo hace saber levantando la cola.
Durante esta época de dos a cinco machos pueden competir por una hembra fértil. Cuando un macho se destaca sobre el resto obtiene el derecho a copular con la hembra.
En la mayoría de especies, los machos se unen formando enjambres, generalmente hacia el atardecer, y las hembras vuelan hasta estos para copular con uno o más machos.
Esto ocurre solamente en el periodo determinado en el que los machos están en celo y las hembras no han copulado aún. El insecto está tan excitado que empieza a copular con la flor.
Como el simio no ha iniciado aún su vida sexual, lo primero que procura tras su fuga es copular y para ello agarra a un juez que se encontraba en el lugar.
El macho tiene que montar la hembra desde detrás y subirse encima con el fin de poder copular, pero a veces los caparazones obstruyen este proceso.
En la primera tierra, llamada Yvy Tenonde, los hombres convivían con los dioses, no había enfermedades y no faltaba nunca el alimento. Sin embargo, uno de los hombres, llamado Jeupié, transgredió el tabú máximo: el incesto, al copular con la hermana de su padre.
Cuando uno de ellos resulta vencedor, se aproxima a la hembra y la somete con un mordisco en el cuello, procediendo a copular mientras lanza todo tipo de ruidos característicos.
Antes de -nn, -m, -rr, -rd, -ll, en palabras monosilábas y en la sílaba tónica de palabras polisílabas donde la sílaba es seguida por una consonante, algunas vocales breves son alargadas mientras que otras son diptongadas, por lo que ceann kʲaun "cabeza", cam kɑum "torcido", gearr "corto", ord "mazo", gall gɑul "extranjero, no-Gael", iontas "una maravilla", compánach "compañero", etc. Una construcción copular que involucra ea ("eso") es usada frecuentemente.
También en cautiverio se ha documentado que los machos pueden cortejar a una hembra en celo por cinco a diez días. Se les ha visto copular con hembras preñadas y también con hembras que no se encuentran en celo.
En Panamá, el Rabel es conocido como rabo de michu, cuya traducción al español sería rabo de gato, hasta el momento la teoría más aceptada sobre el origen de aquel nombre, es que las cuerdas del Rabel al ser frotadas emiten sonidos similares a los maullidos de los gatos al copular.
Después de la copula, el macho debe alejarse de la hembra lo más rápido posible, ya que puede ser comido. Pero si la hembra no quiere copular con el macho intentará comérselo.