Ancha espalda, corto cuello, ojo inquieto, torvas cejas, ambas mejillas bermejas, y claro y rubio el cabello. Y aunque lleva en la cintura largo hierro toledano, dale, brillando en su mano, más villana catadura.
Pues a estos hombres es a lo que se llama por el sentimentalismo revolucionario la Francia libre; libertad de la misma catadura que la de los españoles que se reparten la propiedad en Andalucía y gritan por esas calles de Dios y sin venir a pelo: «¡Mueran los neos!
Con este afán, una noche en que había cenado fuerte, al acostarse, rendido de cansancio y pesado de cabeza, pareciole que se iluminaba su dormitorio, y que en blanco fondo, como de escenario de linterna mágica, se aparecía un viejo caduco idéntico al gitano en la
catadura, aunque muy diferente en la indumentaria.
Emilia Pardo Bazán
Proscovia tenía un hermano, un conductor de trineo que a menudo había visto y observado a la princesa; a este canalla -un voluminoso y malintencionado individuo, que ocultaba su auténtica catadura bajo un exterior aparentemente honrado- no se le había pasado por alto cierta intimidad entre el aire de campo y su joven ama cada vez que creían que nadie lo s veía.
un clerigo otro nos diz la escriptura Que de Sancta Maria amaba su figura: Siempre se inclinaba contra la su pintura, Avie muy grant verguenza de la su
catadura.
Gonzalo de Berceo
Mientre que comulgaban a muy grant presura, El ninno iudezno alzó la
catadura, Vío sobrel altar una bella figura, Una fermosa duenna con genta creatura.
Gonzalo de Berceo
Quando ovieron fecha esta tan grant locura Alzaron contra suso amos la
catadura, De la Virgo gloriosa vieron la su figura Con su ninno en brazos la su dulz creatura.
Gonzalo de Berceo
Siguió, pues, como decía, sirviendo de tercera y concertadora, aunque con gentes de otra
catadura y atavío de los que dejamos indicados, porque los tiempos eran otros.
Ángel de Saavedra
De estado los grandes hombres, que con los reyes trabajan, no tienen tiempo, no escuchan, solo de la guerra tratan. Los cortesanos se burlan de una
catadura extraña, y del humilde atavío de la persona más sabia.
Ángel de Saavedra
En esto desde el balcón, como quien tal acostumbra, un mancebo por las rejas de la calle se asegura. Asió el brazo al que apostado hizo cara a Iván de Acuña, y huyeron en el embozo velando la catadura.
Ya la puerta del departamento se abría, como enorme boca negra, en bostezo de abismo, y por ella se precipitaba una irrupción de hombres de torva
catadura, negros de hollín, con trazas de herreros o mineros, que gritaban cosas horribles para los ricos, y, apoderándose del maletín, esparcían su contenido sobre la vía, entre carcajadas e insultos.
Emilia Pardo Bazán
En estas consideraciones se pasó la noche y se vino el día, que nos halló a los dos en mitad del patio: ella no vuelta en sí y a mí junto a ella, en cuclillas, atento, mirando su espantosa y fea
catadura.
Miguel de Cervantes Saavedra