Y como cinco y sin sacar... —A ver cuándo se le quita lo putón a este
cabrón de Adolfito y se viene con nosotros pa' enseñarlo a ser macho...
Antonio Domínguez Hidalgo
Que el letrado venga a ser Rico con su mujer bella, Más por buen parecer de ella Que por su buen parecer, Y que por bien parecer Traiga barba de
cabrón, Chitón.
Francisco de Quevedo
Me gustaría que le pusieras una inyección pa'que sintiera lo que es chipocludo. A ver si así se vuelve
cabrón... Y Adolfo se angustiaba...
Antonio Domínguez Hidalgo
¿Y éstos son los que se atreven a hablar de patriotismo? Roban, corrompen las administraciones y, como si esto fuera poco, convierten al Estado en un cabrón de casa pública.
Yo estaba colérico y díjele: -¡Llega y te tornaré a matar, infame, que no puedes ser hombre de bien! ¡Llega,
cabrón! ¡Quién tal dijo!
Francisco de Quevedo
el huerfanito... —un chiquillo entra ofreciendo un billete de lotería... —¡Salte
cabrón! -grita uno de los meseros—. No tienes edad para entrar..
Antonio Domínguez Hidalgo
Y conociendo las costumbres de mi señora, que con tales resistencias ella se acostumbraba enojar mucho y darme de palos, acordé irme y no tornar a casa, lo cual no hice por tu causa; pero como yo me partiese de allí triste, por no tornar las manos vacías, veo estar un odrero con unas tijeras trasquilando tres odres de cabrón, los cuales, como los viese estar colgados tersos y muy hinchados, tomé algunos de los pelos que estaban por el suelo, y como eran rojos semejaban a los cabellos de aquel beocio gentilhombre de quien mi ama estaba enamorada: a la cual los di, disimulando la verdad.
-Entremés -dijo tan presto Diego Moreno-. ¿Yo soy
cabrón y otras bellaquerías que compusiste a él semejantes? ¿No hay otros Morenos de quien echar mano?
Francisco de Quevedo
Estoy harto de esta vida prángana. Nomás que la mocosa tenga edad para valerse por sí misma. Entonces... Sírveme otra
cabrón. Y tú qué chingaos me ves. ¿Te gusto?
Antonio Domínguez Hidalgo
Y todas las viejas pendejas caíamos, quién sabe por qué. Tenía labia el
cabrón. Te hacía la conversación y así se la llevaba durante varios días: habla y habla y habla, todo cuatrapeado, pero a’i l’ibas entendiendo sus intenciones; hasta que terminaba su trabajo de plomo y los patrones le pagaban la lanísima.
Antonio Domínguez Hidalgo
Cerca de quince años habían pasado desde que había salido de ella; ¡quince años!, todo un trozo de vida; y galopaba, tragándose las leguas, y pensando en lo que iba a encontrar por sus pagos. ¡Cuántos cambios iba a ver!, no lo iban a conocer, por cierto, lampiño que era, cuando se fue; barbudo, ahora, como cabrón.
II Causa contra don Alonso de Torres sobre si dijo cornudo o DIJO CABRÓN De todos los tiempos ha sido el que los apasionados de las cómicas se afanen por penetrar en el vestuario, durante los entreactos.