Otra vez en la novela ella menciona su odio hasta la educación francesa, 'me siento mal para la Cabezada de ademoiselle, aun si ella fuera el francés' (Abouzeid, 6).
Su divorcio se ha llevado su personalidad y sentido de mí completamente. La identidad es otra vez criada en el Último Capítulo en cuanto a la Cabezada de profesor perdida Mademoiselle.
Josico volvió al filial, el cuerpo técnico encabezado por Juanito Rodríguez y Branko Milovanovic fue sustituido por Nico Rodríguez, proveniente de la AD Alcorcón. Este se encargó de confeccionar la plantilla, en cabezada por el nuevo técnico Paco Herrera.
áquima (del árabe andalusí šakíma /xaquima (bocado), y este del árabe clásico šakīmah) es la cabezada de cordel, que suple por el cabestro, para atar los caballos y llevarlos.
El grupo, formado por seis viajeros, se dirigue a Ched Nasad, una ciudad drow vecina a Menzoberranzan en cabezada por la Casa Melarn.
El apero nacional consiste de: El caballo Peruano de paso a ritmo de marinera con un vistoso chalán y su pareja. El grandioso chalan Flavio Carrillo El cabestro. El bozalillo. La cabezada. El bozal. Las riendas trenzadas.
Muchas veces el profesional en salud mental que lleva la sesión, pondrá metas para que el cliente las complete, como por ejemplo, llevar el caballo a un área determinada o ponerle la cabezada.
Se encuentran tortugas, garapachos, variedad de especies en el océano y agua dulce como róbalo, pargo, guachinango, mojarra, lisa, cuatete, charras, bagre, barrilete, langosta, pulpo, cazón, ostión, cabeza de hacha, almeja, jaiba, camarón, sirique, almiche, charchina cabezada, carpa etc.
Se utiliza tanto en los caballos de silla como en los de tiro. Se compone de dos partes: cabezada y bocado. La primera comprende el conjunto de correas que, adaptándose a la cabeza del animal, sirven para sostener el bocado en la posición debida, y además las riendas, por medio de las cuales el jinete o el cochero contienen y guían al caballo a su antojo.
La hija del maragato saludó a Zurita con una cabezada, sin soltar, es decir, sin sonreír ni hablar; y aquel matrimonio de mensajerías desapareció por la calle de Alcalá arriba, perdiéndose entre el polvo de un derribo...
Viento Negro se revolvió contra él como un tigre y asestándole una tremenda
cabezada en mitad del pecho lo tendió exánime en el duro pavimento.
Baldomero Lillo
-Le ha dado una
cabezada en el pecho -dijeron los obreros, contestando a la mirada interrogadora del jefe, quien sin soltar el brazo de su prisionero lo condujo frente de la viga y le ordenó con tono tranquilo, casi amistoso: -Ante todo vas a a colocar ese soporte en su sitio.
Baldomero Lillo