En esto ha tenido mucho que ver su condición de rey del disfraz, que le permite transformarse, para asombro de todos, en cualquier animal, planta u objeto, desde un elefante hasta una campana, pasando por un cactus o por una baldosa.
Comenzando con una teselación finita llamada el axioma, la deflación procede con una secuencia de pasos llamados generaciones. El axioma puede ser tan simple como una sola baldosa.
Por eso un finito número de patrones no pueden ser diferenciados entre las incontables teselaciones de Penrose, ni siquiera para determinar en que posición se está dentro de la baldosa que está siendo mostrada.
En general se utiliza el mismo valor para ambos parámetros, es decir la imagen nueva va a ser cuadrada. El tamaño de baldosa (tile size) define altura y ancho de una baldosa sola.
Con la imagen de prueba como entrada y estos parámetros, el algoritmo ejecuta tres pasos: Inicialización: Crea una imagen nueva del tamaño deseado por el usuario. Elige aleatoriamente parte de la imagen de prueba del tamaño de una baldosa y la copia y pega en una esquina de la nueva imagen.
Búsqueda de baldosas acoplables: Para cada baldosa siguiente busca en la imagen de prueba las que vengan bien con las baldosas vecinas.
Se agregan los mejores candidatos en una lista de candidatos. Quiltear: De la lista de candidatos aleatoriamente elige una baldosa y se pega en la nueva imagen.
Crea una imagen de parche por parche o — en términos informáticos — baldosa por baldosa (tile by tile en inglés), siguiendo la regla: «Busca la baldosa, o mosaico, que se adapta lo mejor con las que ya has añadido y córtala de manera que se identifique bien con el diseño de sus vecinas.» Formalmente se realiza usando tres parámetros: El tamaño de la imagen nueva (output size) define altura (height) y ancho (width) de la imagen nueva.
Primitivamente se llamó baldosa al ladrillo cuadrado y fino, de forma rectangular ó poligonal y de distintos tamaños, usado para pavimentos.
El trencadís, técnica que utiliza la baldosa rota para recubrir superficies con una voluntad decorativa y al mismo tiempo funcional, es utilizado con mucha frecuencia por Batllevell.
En el campo lingüístico, Corominas lo supone derivado de piedra baldosa o «ladrillo superpuesto», por oposición a la piedra natural que conformara una superficie habitable.
La mayor parte del piso de la catedral está pavimentado con baldosa de cemento, fue colocado en 1929, aunque en aquella época ya existían fábricas de baldosas en Medellín, fueron pedidas a Bélgica a la Casa Almietach Thiener y Cia., ya que se quería que el pavimento fuera también de lo mejor que podría tenerse, tuvo un costo de $ 4.000 que con la instalación se subió a $ 11.000.