Algunos médicos opinaron que si la carencia de carne continuaba, medio pueblo caería en síncope por estar los estómagos acostumbrados a su corroborante jugo; y era de notar el contraste entre estos tristes pronósticos de la ciencia y los anatemas lanzados desde el púlpito por los reverendos padres contra toda clase de nutrición animal y de promiscuación en aquellos días destinados por la Iglesia al
ayuno y la penitencia.
Esteban Echeverría
Y esto antes sería provecho que daño a los ayunantes, porque con el
ayuno agradarían al cielo y servirían a su Rey; y tal podría ayunar que le fuese conveniente para su salud.
Miguel de Cervantes Saavedra
Y como sucede siempre que un carro se pone a pique de volcar, ni el carro ni el conductor, ni el de la situación, ni el ministro han sufrido lesiones graves; pero sí los conducidos incautos tenedores de los que, los menos desgraciados, amaneciendo orondos y regalados el 1 de mayo, quizá presenciaron en forzoso ayuno el esplendor de la Septembrina presidiendo la cívica solemnidad del día siguiente.
Volcán. Brujo del Envoltorio y su esposa llamada la Blanca Mansión del Mar hicieron un gran ayuno. Lo mismo hicieron Brujo Nocturno y su esposa la Mansión de los Bogavantes.
i el miedo de morir de hambre en tu sierra, e trae, suizo, hasta Milán sin frenos, uscando a quien te pague en esta tierra a quien te mate y haga tu mal menos; ira el oro que el Turco cerca encierra, expúlsalo de Europa o Grecia al menos: tu ayuno podrás así oponerte, allí con más honor hallar la muerte.
Mas antes sin el yelmo ni coraza, cubierto sólo del jubón vilmente, fue conducido a ella en un raza de carreta grosera y eminente, que tiraban con gran pausa dos vacas de largo ayuno escuálidas y flacas.
El padre Camacho, no embargante el
ayuno y la disciplina, era físicamente lo que se llama un hombre morocho, y á pesar del hábito, trasparentábase en él al soldado.
Ricardo Palma
La vara reprime todo murmullo, y ni los ruidos involuntarios, como la tos, el estornudo, el hipo, no se perdonan los azotes; con grandes castigos se paga el haber interrumpido con cualquier sonido el silencio; toda la noche han de pasar en ayuno y con la boca cerrada.
Y así mismo, á vosotros y todos los vuestros, concedemos licencia para que, mientras viviereis, podáis hacer la colación en los días de
ayuno.
Ricardo Palma
En cambio QUETZALCOATL, con su fascinante inteligencia creadora y con el ejemplo que ponía de sacrificio, de ayuno, de perfeccionamiento, de humildad y de virtud, todo lo llenaba de maravillas: Aquí vasijas, allá libros pintados, acullá pirámides majestuosas.
Y TEZCATLIPOCA, nada más en pensar que su hermano QUETZALCOATL perdería adeptos, vibraba de emoción. -¡Qué les va a importar el ayuno y la meditación con la alegría distractora de la música!- comentaba para sí.
Su disciplina fundamental sería el cultivo del ayuno y la voluntad, eso que ya se sabía, cultivaba aquel pueblo familiar hacía poco recién llegado y que se decía AZTECA-MESHICA-TENOCHCA.