Y en esta enumeración, simplemente ejemplificativa, no pueden faltar los que para ascender de buena fe, con afán de servicio o como simples trepadores, caen en el pecado de la barata retórica: el lenguaje loresco, la repetición más que la reiteración y, más de palabras que de ideas, la insistencia en conceptos expresados por otros y tomados como simples recetas; esgrimir razones sin razón, decir palabras sin sentido; la demagogia de pintar todo de color de rosa o de exagerar los males, claro, antes de asumir las responsabilidades, para culpar a los anteriores; asustar innecesariamente en busca de un aplauso; alabar y echar incienso.
No, en los países coloniales ni siquiera hay Estado, les está vedado todo, tienen prohibida la producción, prohibida la agricultura, prohibida la industria, el Estado es la metrópoli, en esos países coloniales a veces se a apenas integrando la nación como tal, que es un grupo humano con una comunidad de lenguaje, así lo definió el diputado del PDM, de comunidad de territorio, comunidad económica, comunidad sicológica, es una nación definida, no se vaya a asustar el diputado del PDM, pero esta definición es de Stalin.
El primer reparo con que se pretende asustar, y contener el benéfico proyecto, es el perjuicio y ruina del comercio nacional, especialmente del de Cádiz.
FIDEL CASTRO.- Es que el gobierno tiene que tener una táctica, señores. Y la táctica, entre otras, de no asustar y de no perturbar.
Una piedra fatal se levantaba artísticamente al pie del altar del pequeño templo cristiano que se encontraba en la galería; había allí una escalera de caracol, muy angosta y empinada, que descendía por trescientos peldaños a las entrañas de la Tierra hasta llegar a un calabozo abovedado, cerrado con tres puertas de hierro, y donde se hallaba todo lo que el arte más cruel y la más refinada barbarie pueden inventar de más atroz, tanto para asustar a los sentidos como para infligir horrores.
De momento, esta última no era indispensable; sólo debía servir para asustar a las gentes que encontráramos en el camino, y fue colocada aitísticamente en lo alto de mi cargamento a guisa de remate, como suele hacerse en campaña.
Cierto es que un reproche lanzado en el momento oportuno puede, por su impacto, asustar a las consciencias particularmente sensibles, resultando en un arrepentimiento que suscita momentaneamente la virtuosa resolución de frecuentar celosamente el templo.
Al mirar su reloj vio que marcaba las once y media y, recordando que el duende recogía a las doce sus provisiones, se asomó a la ventana y estuvo en acecho, cuidando de no llamar la atención ni asustar al habitante de la singular casa.
- Y así, oiga, en ese tiempo nos alumbrábamos con un candil, lavábamos en una acequia, costaba traer agua para tomar, y después llegaban, así de repente, a tumbar las casas, con máquinas. Una vez bajaron militares en helicóptero, para asustar, disparaban ráfagas al aire...
El marxista debe saber tener en cuenta toda la situación concreta, cncontrando siempre el límite entre el anarquismo y el oportunismo (este límite es relativo, móvil, variable, pero existe), y no caer en el "revolucionarismo" abstracto, verbal, y, en realidad, vacuo del anarquista, ni en el filisteísmo y el oportunismo del pequeño burgués o del intelectual liberal, que teme la lucha contra la religión, olvida esta tarea suya, se resigna con la fe en Dios y no se orienta por los intereses de la lucha de clases, sino por el mezquino y mísero cálculo de no ofender, no rechazar ni
asustar, ateniéndose a la máxima ultrasabia de "vive y deja vivir a los demás", etc., etc.
Lenin
Y además, me amaba tanto, estaba tan encantadora, sobre todo cuando hacía a Jip tenerse en dos patas para pedirle su tostada y ella hacía como que le iba a quemar la nariz con la tetera porque se negaba a obedecerla, que terminé considerándome como un monstruo que hubiera venido a asustar al hada en su bosque, cuando pensaba en cómo le había hecho sufrir y en las lágrimas que había derramado.
Leí estas palabras, que estaban sobre el portal central: "ESTA MORADA DE CRUELDAD ES CONSERVADA COMO UN RECUERDO, PARA LAS GENERACIONES VENIDERAS, DEL GOBIERNO DE LOS RICOS." "Este es uno de los edificios fantasma," dijo Edith, "conservados para asustar a la gente, para que nunca se arriesguen a nada que se asemeje a traer de vuelta el viejo orden de cosas, no admitiendo de nadie ninguna súplica para obtener una ventaja económica sobre otro.