La nodriza púsose furiosa, viendo burlada su decantada penetración; y nosotros, defraudados en la espera del terrible desenlace, no pudiendo arañar a don Gerónimo nos echamos a llorar.
Pero, como nunca en su vida había manejado un arado ninguno de ellos, los primeros surcos fueron todo un poema de dengues y vueltas, con saltos a la disparada, sin arañar tierra, y clavadas repentinas de reventar tiros.
Pero a poco de haberlos tirado, iba a sentarse a la lumbre, cuando salieron de todos los rincones y rendijas una multitud de gatos y perros negros con cadenas de fuego; eran tantos en número que no se podían contar; gritaban horriblemente, rodeaban la lumbre, tiraban de él y le querían
arañar.
los Hermanos Grimm
Cristo, al oír el grito, llamó a San Francisco, le dio un pedernal cortante y le dijo: Ve y con esta piedra córtale al hermano Buenaventura las uñas con las que quiere arañar al hermano Juan, para que no pueda hacerle daño.
Raposería, astucia de raposa. Rascador. Nombre de alcahueta. Rascannar; ñar. Arañar. Rebata. Aprieto, desamparo. Rebtar o Reptar.
que hacía saltar las gotas hasta la cara de Juanillo: dos hojas de espuma fosforescentes resbalaban por ambos lados de la gruesa proa, y la hinchada vela, con el vértice perdido en la oscuridad, parecía arañar la bóveda del cielo.
El primer palo de punta aguzada que sirvió para
arañar la tierra fue el cetro más poderoso que vieron los siglos, la espada conquistadora que sirvió para someter a la autoridad del hombre la Naturaleza entera, con sus fuerzas productoras y sus bestias inferiores.
Vicente Blasco Ibáñez
Y vieron un gato negro muy grande; se asustaron y echaron a huir, diciendo: ::Huir, huir. ::Que nos va a arañar. Pero el gato les gritó: -No os asustéis; no os arañaré.
Si vengo, no vengo, se quisieron
arañar y así se asieron, porque Mari Rabadilla, que estaba allí, no pudo llegar a meterlas en paz, que sus hijos, por comer cada uno en su escudilla, se estaban dando de puñadas.
Francisco de Quevedo
Y habiendo visto de la mitad del techo colgado un garabato, que debía de servir de colgar en él lo que se ponía a remediar del calor, y tirando de él, le arrancó, y empezó a arañar la tierra, para ver si acaso descubriría alguna cosa.
Redimiendo de la miseria de que viven a las masas humanas que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán trasladadas a las nuevas tierras cultivables.
De ahí esos ligeros cambios lentos, sucesivos, con que París acaba por arañar la superficie de las ciudades departamentales y que señalan esencialmente la transición del ex tendero al provinciano enaltecido.