Las cuestiones sobre equívoca victoria de un í gallo se dirimen por careo ó por dictamen, frecuentemente parcial, de los peritos nombrados ad hoc». Eso de amarrar la navaja, requiere ciencia, y más que todo, probidad.
Para que la elección sea más ordenada y legal se empieza por amarrar de pies y manos al grupo que escribe y no come y no aprueba, y por echar de la plaza a cuantos piensan como él.
Si en mis ratos de ocio canté a la sombra de los arboles versos juguetones acompañados por tus cuerdas, hoy te ruego que me inspires canciones latinas que vivan este año y otros muchos, ¡oh lira!, modulada por aquel poeta de Lesbos, tan impávido en las batallas, que entre el fragor de las armas y después de amarrar a la húmeda costa su nave combatida por la tormenta, cantaba a Baco y a las Musas, a Venus, al rapaz que siempre la acompaña y a Lico, resplandeciente por sus negros ojos y negra cabellera.
Sacando luego unas cuerdas delgadas, pero resistentes, realizó con arte no menor dos operaciones: una, la de atarme las muñecas y los brazos a la espalda; otra, la de
amarrar a un árbol mi montura.
Emilia Pardo Bazán
Y apenas se sitúan a la vista de la ciudad cruel en la ensenada, una galera observan que, provista de chusma y gente en mar muy avezada, se acerca hasta su nave a hacer conquista, confusa toda ella y desnortada; y, luego de amarrar su popa a proa, los trae fuera del mar con la barloa.
Para maniatar y amarrar a este fuerte, vio Apóstol en el Apocalipsis a un ángel que bajaba del Cielo, que tenía la IIave del abismo y una grande cadena en su mano, y prendió, dice, al dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y le ató por mil años, esto es, reprimió y refrenó poder que usurpaba a éste para engañar y poseer a los que había de pon Cristo en libertad.
¿Qué importa que sucumban los campeones Y caigan los aceros de sus manos, Si no muere la fe en sus corazones, Y del pendón del libre, los jirones Sirven para
amarrar a los tiranos?
Olegario Víctor Andrade
Allí un pueblo esforzado reluchaba En la alta sierra y la llanura amena Por sacudir el extranjero yugo, Para
amarrar de nuevo a su garganta De los antiguos amos la cadena.– ¡Volvió a tender el vuelo, Cargada de laureles Y entristecida el águila arrogante!
Olegario Víctor Andrade
Caído que hubo en las manos de su amo le hizo amarrar a un árbol, donde le dio tantos palos sobre las espaldas que le bañó todo en sangre, corriendo por la tierra sobre que estaba; hízole después refrescar las llagas con zumo de limones agrios, mezclado con sal y pimienta, molidos, dejándole en aquel estado amarrado al mismo árbol el término de veinticuatro horas, las cuales pasadas le volvió de nuevo a castigar como la primer vez, hasta tanto que rindió el alma gritando y diciendo: Permita el Poderoso Dios de los Cielos y Tierra, que el diablo te atormente tanto antes de tu muerte como tú me has hecho antes de la mía.
El cura y algunos vecinos se atrevieron a despegar los labios abogando por el sentenciado; pero Barandalla se mantuvo firme. El dómine no opuso la más leve resistencia, y se dejó
amarrar, murmurando siempre: -A muerto me huele el godo.....
Ricardo Palma
uando en 1825 fue Bolívar a Bolivia, mandaba la guarnición de Potosí el coronel don Nicolás Medina, que era un llanero de la pampa venezolana, de gigantesca estatura y tan valiente como el Cid Campeador, pero en punto a ilustración era un semi salvaje, un bestia, al que habia que
amarrar para afeitarlo.
Ricardo Palma
Artículo 182.- Se reputarán de acuerdo a sus características propias como accidentes o incidentes marítimos según sea el caso, de modo enunciativo los siguientes: I. El abordaje de embarcaciones de cualquier tipo; o bien de hidroaviones amarrados o en posición de amarrar o de despegar; II.