Guanábano.- Las guanábanas, frutas del árbol llamado así, son mayores que grandes piñas, y tan grandes como melones, verdes en la corteza y lo/ interior blanco. Cerezo.- El gusto es entre agrio y dulce.
Crabbe llenó de versos toda una gaveta, cuando estaba de aprendiz de cirujano; y Wordsworth, que era
agrio y melancólico de niño, empezó a hacer cuartetas heroicas a los catorce.
José Martí
En los cerezos no sólo había cuajado, sino que rojeaba con brillanteces de pulido coral, y los mirlos silbaban en las últimas ramas, burlonamente, riéndose de quien pretendiese estorbarles el disfrute de aquellos granos rellenos de almíbar un poco
agrio...
Emilia Pardo Bazán
Iba, pues, salvando dificultades y tropiezos, cruzando por entre malezas y riscos, y subiendo y bajando cuestas, porque el suelo era cada vez más agrio y quebrado.
El viento traía
agrio olor a verduras, y los toldos de los puestos sombreaban los mostradores de estaño dispuestos paralelamente a la vereda, en el centro de la calzada.
Roberto Arlt
Descuella un monte alli sobre su cumbre Un gigantesco torreon se eleva, Monstruo que con las víctimas se ceba Que le da el despotismo á devorar. Agrio son de cadenas y cerrojos, Amenazas de bárbaros sayones, Súplicas, alaridos, maldiciones Llenan aquella lúgubre mansion.
En el segundo, no se ignora que después de trabada la contradicción, y por más agrio que sea el motivo que arrastró hacia ella, existe la posibilidad de que las armas vuelvan a descanso y la seguridad de que, de cualquier modo, pasará el arrebato sin dejar rastros de venganza o rencor en las almas.
El que llaman ciruelo es árbol grande, dicen que como un naranjo; la fruta encarnada, del tamaño de una castaña, es suave y dulce con exceso. Hovo.- La fruta del hobo es amarilla y de suave olor, su gusto entre dulce y agrio; es dañosa a la salud.
Oye y compara cuánta diferencia va de un amante a otro. »Tú conoces a Bárbaro, decurión de nuestra ciudad, a quien la gente llama el Escorpión, por su genio adusto y agrio.
Entonces, pusiéronse a disputar con acritud culpándose mutuamente de haber errado la medida del corte de aquel madero. Después de un
agrio cambio de palabras se apartaron, sentándose para descansar en los trozos de roca esparcidos en el suelo.
Baldomero Lillo
Rechinó en la vieja cancela mi llave; con
agrio ruïdo abrióse la puerta de hierro mohoso y, al cerrarse, grave sonó en el silencio de la tarde muerta.
Antonio Machado
Permaneció de pie, inmóvil, perdido en un mundo de pensamientos. De repente, un ruido agrio, semejante al grito de un resorte oxidado, rompió el silencio.