Juanito era aún más dichoso que Gumersindo con que le permitiéramos hombrearse con nosotros porque eso de llenarse la boca entre sus condiscípulos de la Universidad o en las redacciones de los periódicos, adonde se colaba aunque fuera por el ojo de la cerradura, diciendo: «Mi amigo Fulano» «Mi amigo Mengano» refiriéndose a alguno de la colonia, y con preferencia a los que habían visto representar una de sus comedias o zarzuelas, o les habían publicado un libro, o habían recibido un puñado de duros por un cuadro, eso era para él la suprema felicidad y el supremo orgullo.
En prueba de este aserto, canturreaba algunos motivos de Fausto, que, efectivamente, se encuentran en
zarzuelas antiguas: a lo cual replicábamos nosotros entonando motivos también zarzueleros y hasta callejeros y flamencos, que, sobre poco más o menos, pueden encontrarse en el Don Juan, de Mozart; con lo cual imaginábamos aplastarle, porque el Don Juan era para nosotros la autoridad suprema, la ópera indiscutible; lo demás podía ponerse en tela de juicio; pero al nombrar Don Juan, boca abajo todo el mundo.
Emilia Pardo Bazán
Hoy las excomuniones se parecen a las
zarzuelas en que son motivo de chacota callejera y de provechosa popularidad para el excomulgado.
Ricardo Palma
En este entretenimiento inofensivo se pasó la primera temporada teatral, que duró hasta fines de enero -setenta o setenta y cinco mortales
zarzuelas que nos encajaron, entre el doble abono y las extraordinarias y beneficios-.
Emilia Pardo Bazán
Una compañía de zarzuela, ni mejor ni peor que las que actúan en la corte, se dedicó a refrescar los secos laureles del repertorio clásico: Magiares, Diamantes de la corona, Dominó azul, alternando con las
zarzuelas nuevas, Molinero de Subiza, Tempestad, Anillo de hierro, y no sin intercalar de cuando en cuando La Gran Vía, Niña Pancha y otras humoradas de las que hoy gozan el favor del público.
Emilia Pardo Bazán
Sin embargo, en su fuero interno, la austera dama protesta, porque ella ha visto muchas zarzuelas que no eran híbridas, sino muy inocentes y morales...
A partir de 1901 la Pajarera Catalana empieza a hacerse un lugar en el mundo del espectáculo y mejora sensiblemente la programación ofreciendo algunas zarzuelas cortas y las actuaciones del Caballero Felip, ventrílocuo y artista polifacético muy popular en los locales (como los cafés-teatro Gran Teatro Español y teatro Condal) del Paralelo de la década del 1910.
El propio Ramón de la Cruz intentó reunir su obra, que publicó en una colección incompleta de diez tomos (1786-1791). Escribió un total de 542 obras, entre dramas, sainetes y zarzuelas.
El arquitecto Pedro de Ribera autor del cuartel del Conde Duque, el puente de Toledo o el Real Hospicio de San Fernando (Actual museo de Historia de Madrid) El escritor, jurista y político ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos entre los años 1782 y 1806 El actor Pepe Isbert fue vecino de la misma casa en la que habitó Picasso. El barberillo de Lavapiés de Francisco Asenjo Barbieri es una de las varias zarzuelas ambientadas en el barrio.
Es considerado uno de los padres de la historiografía moderna de Costa Rica. Carlos Gagini (San José, 1865-1925) fue filólogo, educador y escritor de novelas, cuentos, teatro y zarzuelas.
Fuera de su periodo inicial en que escribió traducciones, imitaciones y adaptaciones de trágicos franceses e italianos (Racine, Voltaire, Ducis, Beaumarchais, Metastasio y Apostolo Zeno), escribió también comedias (Marta abandonada) y zarzuelas (El tutor enamorado; Las segadoras de Vallecas, 1768; Las labradoras de Murcia, 1769; Las foncarraleras, 1772; El licenciado Farfulla, 1776, etc.), si bien es sobre todo conocido por su obra de la última época, los más de 300 sainetes que escribió (pequeños apuntes costumbristas de asunto humorístico, llenos de música y canciones, compuestos con agilidad y gracia en verso), en los que trata y retrata al Madrid de su tiempo.
La zarzuela llegó a las Filipinas en 1879 o 1880, cuando el grupo de Dario de Céspedes presentó el Juego de fuego en Manila. Desde entonces, varios grupos filipinos comenzaron a hacer su propias zarzuelas en varios idiomas indígenas.