Él ha dado a los justos por sustento el maná de su amor que vivifica, y al malvado el atroz remordimiento que no duerme jamás, áspid que pica.
¿Con qué cuerpo vendrán? 36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes. 37 Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, ó de otro grano: 38 Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo.
Pero tú, por fortuna, te encuentras ya libre de las garras de esas enemigas de tu felicidad y de tu honra, puesto que han cedido todas a la más poderosa y noble de entre ellas, a la pasión del amor, despertado en tu alma por una mujer que crees digna de ti y capaz de velar por tu nombre. El amor es el sol de los seres creados: para todos es igual y a todos vivifica.
Aunque más cómodamente puede entenderse que vivifica a los mismos que había mortificado, porque parece que repitiendo lo mismo, añade: «Condúcelos a los infiernos y vuélvelos a sacar de allí.» Pues a los que dice el Apóstol: «Si habéis muerto con Cristo, agenciad y buscad las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios Padre», sin duda que saludablemente los mortifica el Señor a quienes persuade el mismo Apóstol diciéndoles: «Cuidad y meditad en las cosas celestiales, y no en las terrenas», para que ellos sean los que, hambrientos, se levantaron sobre la tierra.
¿No seria la que nos propusiera la adoracion del Ser supremo, único, infinito, eterno formador del mundo, que lo mueve y lo vivifica, cui nec simile, nec secundum; la que nos reuniera á este Ser de los seres en premio de nuestras virtudes y que nos separara de él en castigo de nuestros crímenes?
Todo el mundo sabe, de sobra con sobrada frecuencia, que un pueblo es el producto de una civilización, flor de un proceso histórico el sentimiento de patria, que se corrobora y vivifica á la par que el de cosmopolitismo.
Para descubrir el poco de poesía que germina en esas cabezas y vivifica esas existencias es necesario ahondar en ellas, y en seguida se encuentra el fondo en que todo descansa.
Ignorando esto último, únicamente se quedan aislados en la esclavitud de sus sentidos, destruidos en un círculo vicioso del cual no quieren salir hasta que se dan cuenta: la vida así, mera biologicidad, ha terminado y la de ellos, fue inútil para la creatividad cultural que
vivifica y nos aproxima a lo perenne.
Antonio Domínguez Hidalgo
Y en Góngora no se sabe qué admirar más: si su sustancia poética o su forma inimitable e inspiradísima. Su letra
vivifica a su espíritu en vez de matarlo.
Federico García Lorca
/ Y tus manos urgidas, / talarán las tristezas / de mi carne.” Tal conciencia de la fugacidad corporal y sus escollos, sólo al instante de la plenitud orgónica, puede convertirse en trascendental para el ser humano; ahí se siente la eternidad, la inmortalidad, el infinito:”Me mata y me vivifica tu hazaña lúbrica...” Lo demás, los hechos insubstanciales de la existencia mundana, tan importantes para quien no ama; poder, dinero, éxito, se eclipsan en los mínimos segundos del rescate vital: “Y mi sangre comenzó a reconocer / en el ritmo de tu sangre / su aroma de fronda / y esta acabada y naciente alegría / que fecunda.
Según este sentido, parece que el mismo Apóstol nos induce a que entendamos que también aquellos a quienes el Señor hallare vivos en el mundo, en aquel Corto espacio de tiempo han de pasar por la muerte y recibir la inmortalidad, cuando dice: «que todos han de ser vivificados por Cristo»; diciendo en otro lugar, con motivo de hablar sobre la resurrección de los muertos: «El grano que tú siembras no se vivifica, si no muere y se corrompe primero.» ¿Cómo, pues, los que hallare Cristo vivos en la tierra se han de vivificar por Él con la inmortalidad aunque no mueran, advirtiendo que dijo el Apóstol: «lo que tú siembras no se vivifica si primero no muere»?
«Porque estáis muertos» dice: «Ved cuán saludable y útilmente mortifica Dios»; después prosigue: y «vuestra vida esta escondida con Cristo en Dios»; ved aquí cómo los vivifica Dios.