El calor sofocante, el polvo caústico, el infernal estrépito de los carruajes, el peligro de ser por ellos atropellado, los pillos callejeros y algunos otros mercaderes, el rescoldo de las bebidas, el veneno de los estancos, la brutalidad de los cocheros, el vandalismo de los revendedores, la inhospitalidad de todo el mundo, el materialismo, la usura de la civilización: éstas son para mí las únicas verdades de la corte.» Y eso que el buen hombre, gracias a su amigo, no había caído en la mayor ratonera de Madrid; no había sido martirizado en el más cruel de todos sus potros: en las casas de huéspedes; ni había, gracias a su corteza ruda y a su sencilla educación, visitado la corte por dentro .
Quiero ser muy clara: lo que hemos visto en semanas recientes es inaceptable. ¡No toleraré el vandalismo, ni los destrozos, ni la intimidación a las personas!
de Bolivia es el único responsable de la lucha armada en que encabeza a su pueblo y que no podrá acabar sino con la victoria definitiva, oportunidad en que sabremos cobrar todos los crímenes que se cometan en el curso de la guerra, independientemente de las medidas de represalia que el mando de nuestro Ejército juzgue oportuno tomar ante cualquier vandalismo de las fuerzas represivas.
Y, el que se había introducido en Francia deslizándose como una serpiente para ahogar a su víctima; el que, cubierto con una popularidad prestada, había logrado alucinar al pueblo y seducir al ejército, para arrancarle al uno su libertad y convertir al otro, el 2 de diciembre, en asesino de sus hermanos indefensos, aceptó gustoso esa misión de retroceso y de
vandalismo, y guiado por la traición y azuzado por fraudulentos agiotistas y por su digno intérprete Saligny, se lanzó sobre su presa y con la innoble voracidad del buitre, se propuso hartarse de una víctima que se imaginó muerta.
Gabino Barreda
El "gesto negativo" no lo habremos de encontrar en el tonto nihilismo de una "huelga artística" o en el
vandalismo contra algún cuadro famoso; lo encontramos en el aburrimiento casi universal de ojos vidriosos que hace presa en la mayoría de la gente con la sola mención de la palabra.
Hakim Bey
Una lista de denuncias sentadas ante el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa sumaba 7 ataques, 13 casos de acoso y 2 incidentes de vandalismo en los que se veían directamente involucrados miembros de dichas fuerzas de seguridad.
Tenía como norma no contradecir jamás a ultranza a los arqueólogos testarudos y bajé la cabeza con convencimiento diciendo: – Es una pieza admirable. – ¡Dios mío –exclamó Peyrehorade–, un acto más de vandalismo!
Condenando sucesos sucedidos en Santa Cruz, FSB emitió un voto que decía: “…Falange Socialista Boliviana, en consecuencia, acusa al Movimiento Nacionalista Revolucionario de fomentar la traición a Bolivia, con su conducta rayana en el vandalismo, como el ametrallamiento sorpresivo y cobarde a seis miembros del FDA (Frente Democrático Antifascista)” (Consejo Consultivo de la Célula “O”, Santa Cruz, 30 de abril de 1946).
Una vez puesta en mejor pie la administración, preocupáronlo sobremanera las obras públicas: el edificio de la Municipalidad se caía a pedazos, los caminos eran pantanos invadeables o vertiginosas montañas rusas, la tablada un chiquero, las calles, rompecabezas, y las acequias del riego, mal cuidadas, estaban inmundas, destrozadas, cegadas en gran parte. Qué síntesis del vandalismo oficialista...
Esta torre, que parecía un sello de piedra que ostentase los archivos del pueblo, que era una herencia de generaciones guardada por la comarca, como la momia de un vencido caudillo, embalsamado por los aromas de las flores del campo; esta torre austera, que no tenía conexiones ya sino con los muertos, que a su alrededor se volvían esqueletos; con las aves noturnas, que en sus oscuros antros huían del bullicio y de la luz del día, y con los vientos, que venían a gemir tristemente en las brechas, que podían considerarse como heridas causadas por el tiempo;¡esta torre inofensiva no pudo escapar al moderno vandalismo!
Si estas fracciones se hubieran unido oportunamente, habrían salvado al país de los estragos del fin del gobierno de Roca y del vandalismo del unicato, pero combatieron separados la imposición, uniéronse para no hacer nada cuando era ya tarde, y así el presidente Roca pudo consumar impunemente el atentado liberticida, sin más represión que una herida leve en la frente, producida por la mano vengadora de un epiléptico, hijo de una provincia oprimida con todo ensañamiento.
Los medios de comunicación a favor del Gobierno y los de propiedad del Estado reportaron cuatro ataques en su contra, un caso de vandalismo y tres casos de acoso.