XVII, Felipe IV autoriza a varios vecinos de los Alamillos Altos y Bajos para construir una iglesia en su aldea, y así no tener que ir caminando dos leguas a Almadén y vadear dos ríos con el consiguiente peligro.
En la desesperación, muchos estadounidenses deciden abandonar sus vehículos y vadear el Río Bravo, inmigrando pues de forma ilegal hacia México.
Las herramientas y los repuestos se almacenan integrados en el casco, con un compartimento en el lado izquierdo y dos en el derecho, a los que se puede acceder mediante trampillas. El Leopard 2, sin ninguna preparación especial, puede vadear obstáculos de 1,20 m de profundidad.
-Vete ahora mismo con tu marido -le dijo el Rey-, y no te vuelvas a acordar en tu vida que tienes padre. Fuese avergonzada y llorosa la Princesa con su jorobado, y andando y más andando llegaron a un río, que tenían que vadear.
Alquiló en Guadalajara nuestra viuda ayer un coche; salimos a media noche; y porque el viejo repara en que pariente o vecino su casa en Madrid no sepa (tanto guarda a la Jusepa) nos pusimos en camino, sin admitir compañía de deudos ni de criados; y estos amigos honrados, que de la carretería cosarios llama Alcalá, como caminan al trote, al vadear a Torote nos alcanzaron poco ha.
En su marcha á Frisia escarmentó á los contrarios, arrojándose á nado con otros en el río Groninga, en donde sin embargo del peso de las armas, del agua á los pechos, y de vadear asidos á las colas de los caballos, los siguió, desbarató, y ganó muchas piezas de artillería y una bandera.
Por el contrario, a los españoles les bastaba encomendarse a San Cristóforo (cargador de Cristo) para
vadear el río sin peligro, y embestir sobre los atrincheramientos del enemigo, bien que con poco éxito, pues eran constantemente rechazados y tenían que replegarse a la ciudad.
Ricardo Palma
- ¿Qué hacemos? - exclamé yo un poco preocupado y dirigiéndome a mi amigo, que probaba aunque sin éxito a
vadear el arroyo. - No nos queda mucho para escoger - me respondió sin alterarse- : o quedarnos en la venta, o volver a Ágreda, porque, en cuanto al arroyo, no soy yo quien lo vadea esta noche.
Gustavo Adolfo Bécquer
Ese mismo día, se llegó a la orilla del Azul, arroyo barrancoso, de regular anchura, pero poco hondo, y se buscó n un buen sitio para poderlo vadear sin mayor dificultad, en la mañana siguiente.
- Vuestro humilde servidor - respondió el Rey de los Monos, sin atreverse a levantar la vista del suelo - ha invertido más de diez años en llegar hasta aquí. En todo ese tiempo ha tenido que vadear mares y cruzar un sinfín de regiones de todo tipo.
Había cambiado de propósito, y quería vadear el Tixul sin darle descanso a las cabalgaduras, pues ya la noche se nos echaba encima.
Mi madre, ¡la pobrecilla!, se ha mojado mucho al querer vadear un riachuelo, adonde, por distraerse, había ido a lavar unos pañuelejos sólo por distraerse.