1 Del collado heliconio oh cultivador, de Urania el vástago, que arrebatas a la tierna virgen hasta su hombre, oh Himeneo Himen, oh Himen Himeneo, 5 ciñe tus sienes de flores de la suave oliente mejorana, el flámeo coge alegre: aquí, aquí ven, en tu níveo pie llevando lúteo el zueco, 10 y, despertando en este risueño día, las nupciales canciones entonando con voz tintinante, golpea la tierra con los pies, con la mano agita la pínea tea, 15 puesto que Junia con Manlio, cual la que el Idalio honrando vino al frigio juez, Venus, buena ella, con buena ave, se casa la virgen, 20 radiante como con sus floridos ramilletes el mirto asiano, los que las Hamadríades diosas por juego para sí nutren con rorante humor.
Aquileo,
vástago de Zeus, dejó su lanza arrimada a un tamariz de la orilla; salto al río, cual si fuese una deidad, con solo la espada y meditando en su corazón acciones crueles, y comenzó a herir a diestro y a siniestro: al punto levantóse un horrible clamoreo de los que recibían los golpes, y el agua bermejeó con la sangre.
Homero
Pusiéronse en fila, y el divino Epeo cogió la bola y la arrojó, después de voltearla; y todos los aquivos se rieron. La tiró el segundo, Leonteo,
vástago de Ares.
Homero
¡Los he visto morir, y yo no he muerto! ¡Jamás he comprendido por qué Dios ha querido que el
vástago más ruin y débil sea el último habitante de este nido.
José María Gabriel y Galán
Los moriscos de las Alpujarras se rebelan en el reinado de Felipe II, y eligen por jefe a Aben-Humeya, último
vástago de la antigua dinastía; degüellan a los cristianos que alcanzan en un limitado espacio de terreno, y se constituyen independientes.
Mariano José de Larra
l príncipe de Guadarrama, una vez en posesión del poder supremo, pensó que su deber más urgente era asegurar por un matrimonio conveniente la continuación de la raza amenazada de rápida extinción, ya que él era su último vástago.
Hallóle solo —sus amigos estaban sentados aparte—, y el héroe Automedonte y Alcimo,
vástago de Ares, le servían, pues acababa de cenar, y si bien ya no comía ni bebía, aún la mesa continuaba puesta.
Homero
El día del regio parto contó los cañonazos de la salva, cuyo estampido le resonaba dentro del cerebro, y como hubo quien le advirtió que el
vástago real era hembra, comenzó a esperar que un varón habría ocasionado más indultos.
Emilia Pardo Bazán
-Puesto que no he encontrado a mi amigo Copperfield en la soledad -dijo sin dirigirse a nadie en particular-, sino ocupado en restaurar sus fuerzas en compañía de una señora viuda y de su joven vástago; en una palabra, de su hijo (esto fue dicho en un nuevo arranque de confianza), quisiera tener el honor de serles presentado.
Hipotoo acaudillaba las tribus de los valerosos pelasgos que habitaban en la fértil Larisa. Mandábanlos él y Pileo,
vástago de Ares, hijos del pelasgo Leto Teutámida.
Homero
Abrazaba su fortuna: en aquel
vástago veía el Caratejo horizontes azules y rosados, de dicha y prosperidad: el predio cercano, su sueño dorado, era suyo; suyas unas decenas de vacas; suyo el par de muletos y los aparejos de la arriería: y ¿quién sabe si la casa, esa casa tan amplia y espaciosa, no sería suya pasado corto tiempo?
Tomás Carrasquilla
Colmó a las hijas y a la esposa, especialmente, de atenciones y finezas; hizo alianza con muchos caballeros, y grandes agasajos en su castillo. Señores y vasallos, amigos y extraños competían en cariño al
vástago precioso que trajo a la comarca tántas bendiciones.
Tomás Carrasquilla