Porque le escarnecieron y ultrajaron cuando le prendieron, cuando le ataron, cuando le condenaron a muerte, cuando le vistieron con la ignominiosa vestidura y le coronaron de espinas, cuando le, hirieron con la caña en su cabeza, y haciendo burla de Él, puestos de rodillas le adoraron; cuando llevaba a puestas su cruz y cuando estaba clavado en el madero de la cruz.
Siete veces han reanudado la guerra contra nosotros; nunca han mantenido fielmente los términos de la paz; han asolado nuestros campos mil veces; han obligado a los Fidenenses a rebelarse; han asesinado a los colonos que asentamos allí; han instigado el impío asesinato de nuestros embajadores, violando el derecho de gentes; han querido levantar contra nosotros a toda la Etruria y aún están en ello; cuando les enviamos embajadores a pedir satisfacción, casi les ultrajaron.
2 Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación; 3 pues tampoco Cristo buscó su propio agrado, antes bien, como dice la Escritura: Los ultrajes de los que te
ultrajaron cayeron sobre mi.
La Biblia (Nuevo Testamento)
El capitán Juan de Latorre y Villegas, conocido más generalmente por el Madrileño, fue uno de aquellos desalmados que en Iñaquito
ultrajaron el cadáver del virrey.
Ricardo Palma
Infelices víctimas de su brutalidad a las que es verosímil creer que ultrajaron más que acariciaron, y a las cuales, sin duda, dieron más repugnancia que placer.
Quédate, sí, en esa altura A la vergüenza del llano, Castillo sin castellano, Matrona sin hermosura. De ti el tiempo se rió, Tus torres se derribaron, Tus vasallos te ultrajaron, Tu señor te abandonó.
El sombrío Felipe II castigó, como él sabía castigar, á los que, en la persona de su representante, ultrajaron la majestad del soberano.
Y, en realidad, de verdad, donde los setenta intérpretes dijeron: «Y volverán los hijos a mí porque me ultrajaron», lo traducen del hebreo así: «Y volverán los ojos a mí, a quien enclavaron»; con lo que más claramente se representa Cristo crucificado.
Quienes el 29 de noviembre nos ultrajaron, probablemente el día 12 de marzo estuvieron recorriendo, en manifestación, las calles de Madrid.
Mas mi fe en Dios es completa; cristiano soy, y prefiero la lealtad del caballero a la fama del poeta. Yo nunca he sabido odiar; quienes me ultrajaron sé, pero sus nombres eché con sus ultrajes al mar.
Esto, sin duda, toca a Dios, y en persona del mismo Dios lo dice el Profeta; y, sin embargo, manifiesta Cristo que Él es este Dios que obra maravillas y portentos tan grandes y tan divinos, cuando añade y dice: «Y volverán los ojos a mí porque me ultrajaron, y lloraran por ello un gran llanto, como sobre la muerte de un hijo muy querido, y se dolerán como sobre la de un unigénito.» Porque les pesará en aquel día a los judíos, aun a aquellos que entonces han de recibir el espíritu de gracia y misericordia, por haber perseguido, mofado y ultrajado a Cristo en su Pasión, cuando volvieron los ojos a Él y le vieren venir en su majestad, y reconocieron en Él a Aquel a quien, abatido y humillado, escarnecieron y burlaron sus padres.
Así, pues, no se debe entender que se refiere a ellos dónde dice: «Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén el Espíritu de gracia y misericordia, y volverán los ojos a mí porque me ultrajaron»; sino que de su linaje y descendencia vendrán los que en aquel tiempo por Elías han de creer.