Además, la existencia de grandes conglomerados urbanos, acrecienta el problema de la creación artística, la vorágine citadina la carcome; al tiempo la nulifica; el dinero la prostituye; la máquina la ultraja; la ignorancia la asesina.
«Quiá, mi señor, no os pese, si os ultraja, --lo consoló--, que no es la culpa vuestra; sino del bruto que reposo y paja pedía más que justa, según muestra.
Era para mí como un primer amor, con todo el encanto dignificante que un idilio virginal tiene para el hombre hecho que después amó cien veces... Si usted es querido alguna vez como yo lo fui, y
ultraja como yo lo hice, comprenderá, toda la pureza que hay en mi recuerdo.
Horacio Quiroga
Mas la participación de organismos oficiales en la transformación de los templos y objetos de culto para fines industriales, la prisión confinada en las cárceles del Estado de sacerdotes y religiosos, sus fusilamientos, la continuidad de sistema verdaderamente fascista por el que se ultraja a diario la conciencia individual de los creyentes en la misma intimidad del hogar por fuerzas oficiales del poder público, todo ello deja de tener explicación posible, para situar el Gobierno de la República ante el dilema de su complicidad o de su impotencia, ninguna de cuyas conclusiones conviene a la política exterior de la República y a la estimación de su causa ante el mundo civilizado.
No obstante la magnanimidad de los colombianos, el general La Mar rompe de nuevo la guerra hollando los tratados, y abre por su parte las hostilidades, mientras tanto yo respondo convidándole otra vez con la paz; pero él nos calumnia, nos ultraja con denuestos.
Y vosotros recorred la ciudad y seguid la pista del forastero afeminado que ha traído una locura nueva a las mujeres y sus lechos ultraja.
El cielo se desangra. Mi silueta se dibuja de relámpagos… La furia de los vientos me naufraga y
ultraja en mis cabellos sus cenizas.
Antonio Domínguez Hidalgo
Por la selva Zerbín galopa en vano detrás de aquel soldado que lo ultraja, mas sabe el otro huir tan bien su mano, sabe huyendo tomar tanta ventaja, y tanto lo socorre en aquel llano la niebla que el temprano sol ataja, que a salvo de Zerbín escapó luego hasta que le salió del pecho el fuego.
Esa joven que ha buscado en lamuerte un reme- dio desesperado; esa joven que no solo renunci6 su existencia, sino aue pudo sobreponerse & la ternura de dos objetos niuy caros para ella, 4 ha dejado siquiera al juicio de los vivos alguna causa ostensible que escusar pudiera tan terrible resoluoiou t Ella ha muerto cantando su desventura y dejando & la justicia humaua pate u tea los motivos que fuerou los verdaderos verdugos de su existencia; moiivos que sobradamente pueden escitar la clemeiicia de los hom- bres sensibles respecto de una mujer, que vi6 su pudor ofendido por viHanos sarcasmos y su diguidad ultraja- da por impuros conceptos ...
Escondiéndole la verdad, reglamentando sus lecturas, se la ultraja: se le hace la injuria de suponer que, entregada a sí misma, sería incapaz de sostenerse; considérasela, con el criterio cristiano, un ser impuro.
Juntáronse los soldados recelando una asonada; cercaron al Rey algunos, y llenó al punto la plaza la multitud, codiciosa de ver la lucha empezada entre el sacrílego mozo y el sanguinario Monarca. Duró un instante el silencio, mientras el Rey devoraba con sus ojos de serpiente los ojos del que le ultraja.
Con este aviso, vuesa merced hará lo que mejor estime para su desagravio, que yo cumplo como amigo con poner en su noticia lo antedicho, añadiéndole que es su mismo hermano quien tan felonamente lo
ultraja.
Ricardo Palma