Quitóse un poco de barba que tenía, cubrióse un ojo con un parche, vendóse una pierna estrechamente, y, arrimándose a dos muletas, se convirtió en un pobre
tullido: tal, que el más verdadero estropeado no se le igualaba.
Miguel de Cervantes Saavedra
Y allí se pusieron a anunciar la Buena Nueva. Había allí, sentado, un hombre
tullido de pies, cojo de nacimiento y que nunca había andado.
La Biblia (Nuevo Testamento)
“Ésos no son los jefes, sino un maniquí, un muñeco de madera”, dijeron ellos avanzando. Entonces saludaron: “Salud, Supremo Muerto. Salud, Principal Muerto. Salud, Extiende Tullido. Salud. Reúne Sangre.
El sumo sacerdote de este templo de Minerva yacía en su camilla de ruedas. Sobre ser Maestro de escuela, estaba
tullido desde tiempo inmemorial.
Tomás Carrasquilla
Para los alumnos fue siempre una terrible y misteriosa adivinanza, cómo aquella cabeza de hombre pudiese estar encabada en "una cosa tan chiquita que ni cuerpo de cristiano parecía"; pues el bulto que presentaba bajo las delgadas mantas esta pobre humanidad de "El
Tullido" por antonomasia, no era mayor que el de un rapazuelo de ocho años.
Tomás Carrasquilla
E innumerables badulaques lloraban a moco tendido cuando el embrollón enarboló el brazo de la enferma, que todavía está
tullido, lo cual prueba que los hombres de ésta y de todas las generaciones tienen absoluta necesidad de creer en algo.
Roberto Arlt
Un zorro entrado en años y medio tullido, que ya no sabía cómo hacer para ganarse la vida, tuvo una inspiración genial, divina. Colocó en un hoyito tapado con dos hojas de tuna un maslo de maíz, y esperó hincado por delante.
Y luégo, como el padre Cura le manifestase deseo de conocer su historia, El
Tullido habló así: -A los siete meses de casao, me comprometí con los Herreras a iles a componer un molino, puallá a Volcanes, qu'es la cañada más fea y más enferma que hay.
Tomás Carrasquilla
Que uno que nació tullido de los pies desde el vientre de su madre, al cabo de cuarenta años se levantó sano en virtud de sola una palabra que los apóstoles le dijeron en nombre de Cristo.
nunca le oyeron mentira, nunca por oro ni plata; animoso, buen guerrero, muy gran feridor de espada, que a quien dábades de lleno
tullido o muerto quedaba.
Anónimo
Ai mismo se me fue el mundo, y me aicidenté. El
Tullido hizo una pausa, y el Cura una mueca que parecía un puchero. Por disimular su emoción, volvió a sacar lumbre y a encender.
Tomás Carrasquilla
El rocío nocturno, que tendía una red de aljófar y diamantes sobre la hierba, había empapado las ropas del labriego y penetrado hasta sus huecos secos y vetustos. Quiso incorporarse, y sintió agudísimos dolores; se encontraba tullido o poco menos.