Felipe de Guevara, y que Felipe II mandó colocar en la iglesia vieja de El Escorial. Dicho tríptico viene a ser un trasunto del carro de triunfo, trasladado a un ambiente campestre.
Esta tabla circular parece haber sido el ala central de un tríptico, de cuyas otras dos hojas, que representaban la Prisión y los Azotes, puede formarse idea por una tosca copia que en el Museo de Valencia se conserva.
Tiene este cuadro la consabida forma de tríptico; sobre sus alas van pintados el Salvador con San Pedro y Santa Inés, sobre un magnífico fondo de paisaje, tomado desde muy alto; el horizonte se halla completamente arriba, en el arco, el vértice de las figuras marca ⅓ de alto.
(Madrid: José Gil Dorregaray, 1877) Primeros monumentos religiosos del arte mahometano en Toledo: mezquitas llamadas del Santo Cristo de la Luz y de las Tornerías. (Madrid : José Gil Dorregaray, 1877) Tríptico-Relicario del Monasterio Cisterciense de Piedra en Aragon.
Allí se conservaba en Febrero de 1873; en época posterior lo llevaron de aquel sitio, y ahora no se sabe dónde habrá ido a parar (1). La más comprendida de los antiguos parece haber sido la alegoría de la Carreta de heno, un tríptico que poseía D.
Cerrando las alas del tríptico, desaparece toda aquella fantasmagoría y todo aquel simbolismo, y nos encontramos en un amplio paisaje brabantino, con la carretera en primer término.
Al ocurrir este episodio estaba aún de jefe Michelena, y la «gavilla» tenía aterrorizado al país. Los dos hermanos Tomé, en su comedor, alumbrado por velón
tríptico, acababan de cenar.
Emilia Pardo Bazán
Alemania se compromete a entregar a Bélgica, a través de la Comisión de Reparación, dentro de los seis meses de la entrada en vigor del presente Tratado, a fin de permitir a Bélgica para reconstituir dos grandes obras de arte: (1) Las hojas del tríptico del Cordero Místico, pintado por los hermanos Van Eyck, anteriormente en la Iglesia de San Bavon en Gante, ahora en el Museo de Berlín; (2) Las hojas del tríptico de la Última Cena, pintado por Dierick Bouts, anteriormente en la Iglesia de San Pedro en Lovaina, dos de los cuales están ahora en el Museo de Berlín y dos en el Antiguo Pinakothek de Munich.
No sólo un repetitivo folleto, un tríptico, una antología, una monografía trillada o una exposición común Una asignatura que debía ser ágil, fluida, capaz de despertar el ansia de vivir en los chicos y chicas se la encierra en una concepción escolar aún del Medioevo: el catedrático habla y explica para que el alumno solamente repita después como fonógrafo, aunque se insista en las prácticas sociales del lenguaje.
La atención y el celo que deberían consagrarse a la lucha del bien contra el mal, de la luz contra las tinieblas, la aplica el mundo de mejor grado a las apariencias; por las nonadas de la vanidad nos imponemos sacrificios mayores que por el fin verdadero e importantísimo de nuestra existencia. El ala derecha del tríptico muestra la granja, el paradero adonde va a dar la carreta.
Los focos rectores, por tanto, desencadenan actividades integradoras que suelen irradiar variados proyectos de construcción de objetos lenguaje integradores de aprendizajes: hacer una antología, realizar un folleto, elaborar un tríptico, compilar un cancionero, producir un equipaje informativo, idear un reglamento, etcétera.
De este modo, son objetos lenguaje; desde un dolmen o una pirámide, teotihuacana o egipcia, o un zigurat, hasta una pintura rupestre, mural o un códice; desde un recado o un oficio hasta una enciclopedia o un filme, desde un libelo hasta una novela o una telenovela, pasando por cientos de formatos más que incluyen, por ejemplo, un disco, una revista, un tríptico...