Sólo Preciosa tuvo el contrario, y la abuela dijo que ella no podía ir a Sevilla, ni a sus contornos, a causa que los años pasados había hecho una burla en Sevilla a un gorrero llamado Triguillos, muy conocido en ella, al cual le había hecho meter en una
tinaja de agua hasta el cuello, desnudo en carnes, y en la cabeza puesta una corona de ciprés, esperando el filo de la media noche para salir de la
tinaja a cavar y sacar un gran tesoro que ella le había hecho creer que estaba en cierta parte de su casa.
Miguel de Cervantes
-Asín anda er Pólipo, que tos los sombreros se le rompen por la coronilla. ¡Como que es una cabeza que ha de rematar en perchero! -¿Y el Tinaja, vamos a ver, y el Tinaja? ¿Qué edá tiée er Tinaja?
Dijo que, como oyó el buen gorrero tocar a maitines, por no perder la coyuntura, se dio tanta priesa a salir de la
tinaja que dio con ella y con él en el suelo, y con el golpe y con los cascos se magulló las carnes, derramóse el agua y él quedó nadando en ella, y dando voces que se anegaba.
Miguel de Cervantes
Y trabajó porque la tinaja ventruda se estilizase, podríamos decir si yo me atreviese a emplear esta palabra que me es poco simpática, y se adaptara a las realidades del almacenamiento.
Todos aceptaron, menos el alguacil, que manifestó repugnancia, y acercándose, a la tinaja que estaba debajo de un naranjo al lado de la casa, sacó una vasija de su carriel y tomó agua.
Vuelve el sotasacristán Pasillas, armado con un tapador de
tinaja y una espada muy mohosa; viene con él otro sacristán, con un morrión y una vara o palo, atado a él un rabo de zorra.
Miguel de Cervantes
¿Qué razón ha podido haber para que la tinaja ocupe lanío sitio con su panza y tan poco con su pie y con su boca? ¿Es que la runflante calidad de los poetas antiguos había servido de modelo y de inspiración a los que fabrican estos recipientes?
¿Es notarme de borracho, o piensas que estás quitando el polvo a alguna imagen de bulto? GRAJALES: No pienso sino que estoy ojeando los mosquitos de una
tinaja de vino.
Miguel de Cervantes
14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La tinaja de la harina no escaseará, ni se disminuirá la botija del aceite, hasta aquel día que Jehová dará lluvia sobre la haz de la tierra.
Me pareció que evidentemente ese suelo podía haber sido removido después de enladrillado todo el piso. Ya no tuve dudas de que en pocos instantes más vería aparecer un extremo de la tinaja, empolvada...
Quedamos, pues, en que la tinaja oronda fue una fórmula del casticismo antiguo y que Chamizo el padre, el inventor de la tinaja cilíndrica, fue un revolucionario.
Mis lectoras convendrán conmigo en que la descortesía del mancebo lo hacía merecedor de castigo; pues, aunque todo sea barro, no es lo mismo la
tinaja que el jarro.
Ricardo Palma