Finalmente, tan gallarda y porfiadamente se resistió Leocadia, que las fuerzas y los deseos de Rodolfo se enflaquecieron; y, como la insolencia que con Leocadia había usado no tuvo otro principio que de un ímpetu lascivo, del cual nunca nace el verdadero amor, que permanece, en lugar del ímpetu, que se pasa, queda, si no el arrepentimiento, a lo menos una
tibia voluntad de segundalle.
Miguel de Cervantes Saavedra
Y tu sombra esbelta y ágil, fina y lánguida, como en esa noche
tibia de la muerta primavera, como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella...
José Asunción Silva
Cuando vio que no salía más sangre, se incorporó con los ojos húmedos y brillantes, rosa como una aurora de mayo, satisfecha, su mano estaba tibia y húmeda, estaba más hermosa que nunca y completamente restablecida.
Me atajaron en la puerta con un platón de agua
tibia; la cocinera me paró en medio del humeante baño sin que yo tratara de hacer resistencia; quitóme la inmunda camisa, y así hecho un Adán automático, principió el lavatorio ayudada de unas señoras.
Tomás Carrasquilla
Viviendo, pues, sin salir nunca de la tibia atmósfera de las clases y en medio de estas mujeres de cutis blanco que llevaban rosarios con cruces de cobre, se fue adormeciendo en la languidez mística que se desprende del incienso, de la frescura de las pilas de agua bendita y del resplandor de las velas.
Centenares de puntos negros erizaban la ancha superficie: trompas de babas y caimanes que respiraban a flor de agua, inmóviles, adormitados a la tibia caricia de las turbias ondas.
Contrariamente al aire fétido y cadavérico que estaba acostumbrado a respirar en los velatorios, un vaho lánguido de esencias orientales, no sé qué aroma de mujer, flotaba suavemente en la tibia atmósfera.
En cuanto llegaba el maestro Feliciano, ya estaba Carmen inquiriendo si era la hora de la afeitada, a fin de buscar papeles para limpiar la navaja, aprontar el platoncillo de agua
tibia y conseguir el trapo enjugador.
Tomás Carrasquilla
Brilla en la cana frente el orgullo altanero, cual súbito revive, cuando iba el rayo a despedir postrero, la tibia luz que pábulo recibe.
Las cuatro horas que empleó en remontar, torturado de angustias y fatiga, un río que había descendido en una hora, bajo una atmósfera tan enrarecida que la respiración anhelaba en vano, sólo él pudo apreciarlas a fondo. Al llegar a su puerto, el agua espumosa y
tibia había subido ya dos metros sobre la playa.
Horacio Quiroga
255 De ellas parte, de cubierta cúspide, agitaban tirsos, parte de un despedazado novillo lanzaban los miembros, parte con tortuosas serpientes a sí propias se ceñían, parte oscuras orgias concurrían con cóncavas cestas, orgias que en vano desean oír los profanos; 260 plañían otras con eminentes palmas los tímpanos, o del torneado bronce su tenue tintineo sacaban; para muchas roncos bombos exhalaban los cuernos y la bárbara tibia chirriaba con un horrible canto.
Y al mar se echó; y bogando, bogando día y noche y una semana y otra, y cuatro y todo un mes, y dos… y más, sufriendo ya de su gente, (falta de su tenaz constancia e incontrastable fe), murmuraciones, quejas, audacias, rebeldías, y aun luchas a que había la fuerza que oponer, tras de razones, ruegos, promesas y castigos, y de una congojosa navegación después, y haber comido en ella su pan con hez de acíbar y haberle remojado con lágrimas y hiel, de haber ya vacilado en si volver las proas, y en fin, de haber dudado hasta de Dios tal vez… en una noche tibia...