Concluida la batalla, las princesas y señoras de alta guisa que están en sus tablados de colgaduras de terciopelo, baten palmas exclamando: «¡Honra y prez a la flor y nata de los andantes caballeros!
Sacada me avedes de muchas vergüenças malas; afeme aquí, sennor, yo & vuestras fijas & amas, con Dios & convusco buenas son & criadas.» A la madre & a las fijas bien las abraçava, del gozo que avíen de los sos ojos loravan. Todas las sus mesnadas en grant delent estavan, armas teniendo & tablados quebrantavan.
Habiendo hecho presente el Regidor comisionado de las escuelas públicas que tenía entendido se estaba haciendo una plaza de toros en la Posada, en el mismo sitió donde está la escuela principal de primeras letras, y que siendo este nuevo destino de aquel edificio contrario a la educación de la juventud en todos sentidos, ya por impedir la asistencia de los jóvenes a su enseñanza, ya porque el edificio esta ruinoso y pudiera ocasionar muchas desgracias por el peso de los tablados y espectadores...
El pueblo llegó al fin a imponerse de lo que acontecía; mas no por eso desmayó la animación de la fiesta. Sólo las comunidades y algunas damas devotas y muy encariñadas por el arzobispo se retiraron de los
tablados y balcones.
Ricardo Palma
El empresario que contrataba las funciones con el Cabildo construía tablados y galerías alrededor de la Plaza, sacando gran provecho en el alquiler de los asientos.
Entonces, entre los números programados por los empresarios de esta fiesta que-dicho sea de pasada-incluía una atractiva rifa que “según las malas lenguas” era su negocio, se había incluido una quema de fuegos artificiales en la Plaza Constitución que al efecto fue convenientemente iluminada y adornada con alegorías transparentes y tablados en los cuales podrían bailar los concurrentes también autorizados por la Policía para comparecer vestidos de máscara.
¿Encareciéronse por mi muerte los cabos de cuchillos y los tinteros? ¿Pues qué los ha movido a traerme por
tablados? Yo fui marido de tomo y lomo, porque tomaba y engordaba; siete durmientes era con los ricos y grulla con los pobres; poco malicioso, lo que podía echar a la bolsa no lo echaba a mala parte.
Francisco de Quevedo
Doña Lambra, con fantasía, grandes
tablados armara. Allí salió un caballero de los de Córdoba la llana, caballero en un caballo y en la su mano una vara; arremete su caballo, al tablado la tirara, diciendo:—Amad, señoras, cada cual como es amada, que más vale un caballero de los de Córdoba la llana, más vale que cuatro ni cinco de los de la flor de Lara.
Anónimo
Allí respondió Guarinos, bien oiréis qué fue a hablar: -Si vos me dais mi caballo, en que solía cabalgar, y me diésedes mis armas, las que yo solía armar, y me diésedes mi lanza, la que solía llevar, aquellos
tablados altos yo los entiendo derribar, y si no los derribase que me mandasen matar.
Anónimo
O en la sombra perfumada del tocador voy a venir, Para estar embriagado del olor de las telas de lino; Cupido, un paje juguetón, esconderá con su mano, El globo violeta de la lámpara, ¡ mi joven dueña !" Y la seda rumoreaba sobre
tablados, entre floreros, Entre las rosas de Şiras y las lianas azules; Desde las flores la niña ríe y se inclina sobre la ventana - Como una ligera cara de ángel es el semblante de la amada - Desde el balcón le tira una rosa y con las manos sobre su boca, Parece que le está reprendiendo cuando murmura con ternura; Después desaparece adentro...
Mihai Eminescu
En llegando a los
tablados pedido había una vara; arremetió su caballo, al tablado la tiraba, diciendo:—Amad, lindas damas, cada cual como es amada, que más vale un caballero de los de la flor (de) Lara, que veinte ni treinta hombres de los de Córdoba la llana.
Anónimo
Ya se parte el carcelero, ya se parte, ya se va; siendo cerca del tablado a Marlotes hablado ha: -Una nueva vos traía queráismela escuchar: sabed que aquel prisionero aquesto dicho me ha: que si le diesen su caballo, el que solía cabalgar, y le diesen las sus armas, que él se solía armar, que aquestos
tablados altos él los entiende derribar.
Anónimo